El otorrino que colma los oídos de canciones con mensaje

La Voz

PONTEVEDRA

08 nov 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Si Jorge Drexler hubiera continuado como otorrinolaringólogo, la música de autor en castellano hubiese perdido a una de sus figuras de sangre azul. Pero quizás ese estudio del oído, la laringe y la nariz que precisa todo médico de esta especialidad le haya sido de genial aplicación para su faceta de músico. «Insistió mucho». Ha dicho Drexler de Joaquín Sabina, cuando este último le invitó a venir a España en 1995. Llegó para unos conciertos, o eso dicen, pero se quedó, contratado como compositor, entre otros, por Ana Belén y Víctor Manuel. Así que a Sabina se le debe haber trasladado a la escena patria un talento que nadie es capaz de cuestionar. Quince años después de haber aceptado aquel convite, Drexler no sólo es un nombre propio en el panorama hispano, como cantante y compositor (en su lista están Neneh Cherry, Ketama o Pablo Milanés), y con un cancionero que es un espejo de la vida cotidiana, sino que se ha permitido el lujo de romper barreras, como por ejemplo la de haber sido el primer artista que gana un Oscar con un tema cantado en castellano. Al otro lado del río, de la película Diarios de una motocicleta, le dio notoriedad mundial, y el genio escondido en este rostro dulce salió a la luz cuando recogió el premio y dio las gracias cantando el tema que no había podido interpretar en la gala (en su lugar lo hizo Antonio Banderas). Él ha comentado que después de los Oscar «podría haber hecho un crossover latino, irme a vivir a Hollywood y hacer un disco de duetos latinos». «Lo digo como una broma, pero es así -ha señalado en una entrevista-. Preferí hacer un statement artístico, una declaración de intenciones personales. Estoy aquí con estas canciones porque son mi medio de expresión. Fue un ejercicio de honestidad. Hacia ahí es hacia donde quisiera ir». Esa declaración de intenciones está en Doce segundos de oscuridad, su octavo y último disco, que hace referencia a los doce segundos de oscuridad que deja el faro uruguayo de Cabo Polonio, donde se encerró a componer sus canciones. De los catorce temas hay dos versiones, una de los brasileños Titás y High and dry, de Radiohead. Porque si algo le valoran a Drexler es no haber dado la espalda a la tecnología musical, incorporando los sintetizadores o las cajas de ritmo a la música de autor. A Pontevedra llegará -tiene el lleno del Pazo da Cultura garantizado- después de la ceremonia de los Grammys latinos, que precisamente se celebra hoy y en la que está nominado en la categoría de mejor álbum de canción de autor. Se lo llevará o no, pero la que saldrá ganando con este concierto es Pontevedra.