Praza da Ferrería
12 abr 2007 . Actualizado a las 07:00 h.De piedra se quedaron ayer el alcalde, Fernandez Lores, el concejal de Seguridad, Guillerme Vázquez y el oficial Jefe de Bomberos, Francisco Lage, cuando de repente uno de los cinco miembros de este cuerpo, homenajeados por su ejemplar actuación en el rescate de los marineros del Bergur en el puerto de Marín, aprovechó el acto de reconocimiento a su labor para reclamar más medios humanos para el servicio de incendios y dar un tirón de orejas al equipo de gobierno, acusándolo poco menos que de represalias por esta histórica reivindicación. Después de que Lores subrayara que en el rescate los bomberos fueron más allá del cumplimiento del deber y arriesgaron sus propias vidas, Daniel Bazarra, de Comisiones Obreras, dijo que «en vez de medallas lo que queremos son más bomberos para atender a los ciudadanos y para nuestra propia seguridad». Además de pedir más medios, hizo extensible el reconocimiento a toda la plantilla y especialmente al bombero Rubén Muníz, «expedientado por el mismo gobierno que hoy nos felicita, simplemente por haber denunciado la grave carencia de medios humanos que padecemos», dijo. Según la versión del Concello, fue sancionado por faltar al trabajo. Réplica de Vázquez El alcalde y el sargento jefe se contuvieron. En cambio, Guillerme Vázquez, muy molesto, reaccionó diciendo que las reivindicaciones son un derecho, «pero non é o lugar nin o momento», y dió por no oídas las palabras del bombero. Bazarra dijo hablar en nombre propio y no de los otros cinco compañeros, que permanecieron callados. Además de él fueron homenajeados, César Lago, José Manuel García Cancela, Jorge Arosa Núñez y Oscar Caldelas. El cómico o terrorista lúdico Leo Bassi es un experto en eso de romper protocolos, por así llamarlo. Y si ayer estaba previsto que participase en una mesa redonda en la Semana de Filosofía dedicada a las diferencias, a priori un acto serio, tenía que dejar su sello de bufón moderno. Junto a Iván Prado protagonizó una performance en la que para sorpresa del público «liberó» a un preso de la base estadounidense de Guantánamo, eso sí, después de preguntar a algunos asistentes sobre su postura en conflictos latentes como el palestino o la guerra en Irak. La que siempre es políticamente correcta es la conselleira de Cultura, Ánxela Bugallo. Pocas veces la oirán levantar la voz, aunque en su nueva visita a la ciudad la verdad es que vino afónica y no pudo explayarse como hubiera querido con las inversiones de su departamento. Bugallo, eso sí, sigue marcando su tendencia en moda. Sin ir más lejos, ayer sorprendió con un pichi-pantalón gris de lo más in. Sólo ella puede.