El Colegio pontevedrés dedicará a «Villa Pilar» el Día de la Arquitectura

María Conde pontevedra

PONTEVEDRA

El palacete entre la calle Riestra y Las Palmeras cumple este año su centenario Los arquitectos quieren adquirir el emblemático inmueble para rediseñar su sede

18 jun 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

Fue en el año 1905 cuando se terminó de construir uno de los edificios nobles más emblemáticos del centro urbano, Villa Pilar y así se hace constar en su fachada. Su construcción, según cuenta el historiador Xosé Fortes Bouzán en el libro El espejo del tiempo, se había iniciado aproximadamente seis años antes, promovida por Manuel Martínez Bautista. Cien años después, la delegación del Colegio de Arquitectos de Pontevedra se ha hecho eco de este centenario y dedicará a Villa Pilar el Día Mundial de la Arquitectura que se celebra en el mes de octubre. En la citada jornada, las distintas delegaciones de los colegios gallegos proponen un edificio significativo de la ciudad y su entorno y la entidad que preside José Luis Pichel ya ha comenzado a preparar la documentación relativa a esta efemérides. En la actualidad, el colegio ocupa precisamente toda una planta de este noble edificio, alquilada a la Hermandad Nacional de Arquitectos, la mutua del colectivo, que a su vez las adquirió a la familia propietaria del inmueble en el año 1982. El proyecto de adaptación fue realizado entonces por los arquitectos Eugenio Jiménez Passolas y Miguel Liñán Azorín. La idea de las últimas directivas de la entidad colegial era comprar el inmueble para rediseñar su sede, aunque hasta ahora no ha habido un acuerdo. «Aún no lo damos por perdido», señala Pichel. No obstante, los arquitectos siguen a la búsqueda de otro local para paliar su actual falta de espacio. El presidente de la delegación destaca que el inmueble puede catalogarse dentro de la denominada arquitectura ecléctica, «incluso con elementos derivados del Romanticismo». Estilo arquitectónico Precisamente, la arquitectura ecléctica en Galicia fue el tema de la tesis del arquitecto Ángel Canabal, y en ella se dedica un importante apartado a Villa Pilar. Canabal define el palacete como de «tipología burguesa» y subraya que su funcionalidad interior respondía a las necesidades de la época, «siendo su mayor virtud y destacando ampliamente sobre las demás, la serena y perfecta armonía de sus líneas y formas, así como la perfecta conjunción estética y modular de sus elementos arquitectónicos, tanto los dotados de estructura transparente (ventanas) como los opacos (módulos intermedios ciegos de sillares de granito)». Estructura El edificio cuenta con semisótano, tres plantas y bajo cubierta. Entre sus elementos arquitectónicos, destacan las balaustradas de estilo inglés en todos los balcones, realizadas en hormigón. Canabal destaca también la integración del edificio en su entorno, a través de un pequeño jardín privado con palmeras «que nos hacen evocar la bien llamada arquitectura bananera». En cuanto al interior, se estructura a través de la amplia escalera, con mármol luminoso de Carrara. El esquema de las distintas plantas responde a las expectativas sociales y modo de vida de la burguesía de finales del siglo XIX, por lo que el arquitecto le dio gran importancia a la zona social, con tres salones y un despacho profesional con acceso independiente. Como contrapartida, existe un solo cuarto de baño y una pequeña cocina, algo qye «se entendería hoy como una zona excesivamente escasa en proporción a la superficie de la vivienda».