?or el objetivo de su cámara pasaron más de sesenta años de la historia de Pontevedra. Acontecimientos sociales, momentos históricos, lugares singulares y escenas pintorescas han quedado grabadas en la memoria colectiva a través de la cámara de Rafa Vázquez. El veterano fotógrafo vigués, iniciador de una saga de profesionales que continuaron su hijo y ahora su nieto, falleció este pasado lunes y será enterrado esta mañana en el cementerio de San Mauro, tras el funeral que se oficiará en la basílica de Santa María, a las 12. En palabras de su nieto, para Rafa Vázquez «la cámara tuvo tanta importancia como su mujer; fue su vida». Nacido en 1915, en su larga trayectoria profesional, que desarrolló sobre todo en Pontevedra, colaboró con varios periódicos, entre ellos La Voz y el Faro de Vigo, retratando la realidad política y social de la ciudad desde la década de los 40, cuando todo se hacía manualmente y no existían los grandes objetivos. Una exposición celebrada en 1998 en el Pazo da Cultura rindió el merecido homenaje a este profesional, que fue testigo de excepción de acontecimientos como las visitas de Franco, de los reyes de Bélgica Balduino y Fabiola o de los Reyes de España cuando todavía eran príncipes. Pero por la cámara de Rafa pasaron también escenas tan cotidianas como las de los bañistas tirándose al Lérez desde el puente del ferrocarril, los troles de dos pisos en la plaza de San José o el antiguo cafetín de la Alameda, por citar sólo algunas. El fotógrafo recibió en 1990 el premio Ciudad de Pontevedra. Precisamente, el Concello expresó ayer sus condolencias por el fallecimiento de Vázquez y anunció la organización de diversos actos para divulgar la obra de este profesional, a quien equipara con Zagala o Pintos. Sus últimas instantáneas las tomó en el baile de la Peregrina del Casino, en agosto. «Yo le reñía para que no fuera, pero si no lo hacía, él sentía que le faltaba algo», señaló su nieto Rafa.