Vilariño de Conso, un gran parque natural en la montaña ourensana
VILARIÑO DE CONSO
O Invernadeiro es el único espacio protegido completamente vallado que hay en Galicia
27 jun 2023 . Actualizado a las 16:01 h.En pleno macizo central, el Concello de Vilariño de Conso es un gran parque natural. La naturaleza copa el paisaje en todo el territorio pero es que, además, hay un espacio protegido. Es el parque de O Invernadeiro, que ocupa 5.722 hectáreas. Es el único de Galicia que está completamente vallado, lo que obliga a acudir a la puerta (a la que se accede pro Campobecerros, no por Vilariño) para poder acceder. Y hay que pedir permiso para hacerlo. Dentro, muchos árboles y muchos animales, pero ningún asentamiento humano. Solo naturaleza en estado puro. Un espacio en el que las montañas llegan a sobrepasar los 1.500 metros de altitud sobre el nivel del mar y en cuyas sierras conviven lobos, corzos y jabalíes con otras muchas especies. Solo puede recorrerse a pie, para lo que cuenta con varias rutas señalizadas, así como un aula de la naturaleza en la que poder hacer diferentes actividades. Y no solo hay montañas, también ríos. Los cauces gemelos Ribeira Grande y Ribeira Pequena son un espectáculo de sonido y también el lugar en el que descubrir, entre otras especies, nutrias.
Museo etnográfico
Vilariño es naturaleza, pero también historia gracias al museo etnográfico que está situado en la planta baja de la casa consistorial, en pleno casco urbano. Es una recopilación de objetos que recuperan oficios tradicionales de la zona que se fueron perdiendo con el paso del tiempo. Es una oportunidad única para abrir una puerta al pasado y ver cómo eran los telares con los que hilaban nuestras abuelas, o incluso las abuelas de estas. O los utensilios que tenía el herrero o el zapatero para su trabajo diario. Cientos de piezas entre las que no faltan tampoco las ruedas de afilar, fundamentales para explicar la economía de muchas familias ourensanas varias décadas atrás. Hay también una gran colección de trajes antiguos. La entrada es gratuita.
La playa fluvial
En la parte baja del casco urbano está el área recreativa del río Cenza, un espacio verde en el que poder tirarse a disfrutar del sol un rato y darse un chapuzón, ya que cuenta con zona de baño. Es una playa fluvial de montaña, así que la temperatura del agua puede resultar un poco fría. Eso sí, a cambio está cristalina. Tiene también zonas de sombra.
Un columpio en las alturas
En Vilariño de Conso hay un mirador espectacular y diferente, esta en forma de columpio. Quizás el más alto de Galicia, ya que está a más de 1.000 metros sobre el nivel del mar. Permite disfrutar de un horizonte dibujado por montañas y el embalse desde las alturas. Es un recurso por sí mismo que además está situado en pleno Camiño de Santiago, ya que por ahí discurre la Ruta de la Plata. Está situado en la OU-346, que une Vilariño con A Gudiña, en un punto de los de mayor altitud, cerca de la aldea de A Capela. Para encontrarlo es preciso caminar unos cien metros tras dejar la carretera. Es un sitio que emana paz, perfecto para descansar y disfrutar del paisaje sin escuchar otro ruido que el que emana de la propia naturaleza. Y en el caso de los peregrinos, el lugar ideal para un descanso a la sombra.
Un gran embalse
El agua es protagonista en Vilariño de Conso, por los ríos y también por los embalses. Destaca el de Portas, uno de los embalses más grandes de Galicia. Una impresionante obra de ingeniería que cambió para siempre el paisaje, ahora marcado porque se utiliza para actividades acuáticas cuando el volumen del agua así lo permite.
Caminar y mirar el cielo
Vilariño de Conso se disfruta mejor caminando. Hay varias rutas marcadas para quien apueste por el senderismo. Por delante, paseos entre bosques y arroyos con vistas espectaculares y una oportunidad única de irse encontrando con diferentes especies de animales. No solo salvajes. También con rebaños de ovejas y cabras o hatos de vacas.
Para quien no pueda o no quiera echarse a andar, también es posible disfrutar de la naturaleza de la localidad desde la carretera. Hay cientos de cunetas en las que poder orillar el coche, poder bajarse del vehículo y gozar de las vistas. De día, pero también de noche. Cuando el sol se pone toca mirar al cielo y descubrir las estrellas. La poca contaminación lumínica es un plus para poder observar el manto estrellado que se ciñe sobre Vilariño en las noches de verano.