-¿Cómo era Tovar como ser humano?
-Yo lo traté sobre todo en la recta final de su vida. Estaba enfermo, era dependiente y vino a casa de mi padre; de hecho fue una persona enferma durante muchos años. Era bastante obsesivo, algo atormentado por sus problemas interiores. Era un hombre muy generoso y bondadoso; aparentemente tímido y retraído pero tenía amigos que le apreciaban. Su vida estuvo muy marcada por el temprano fallecimiento de su padre; era el mayor de ocho hermanos. Su paso por el seminario y su deseo de ser jesuita también le dejaron una huella profunda. Los temas de la religión o la muerte están presentes muy claramente en su obra literaria y eran una parte importante de su personalidad.
-¿Cuándo empezó a escribir?
-Desconozco si de niño o adolescente ya escribía habitualmente, aunque la mayor parte de su obra la realizó siendo una persona ya adulta, sobre todo en la segunda mitad del siglo XX. Creo que sus primeros textos datan de la época en la que estuvo en el seminario, aunque no sabría precisarlo con exactitud. Insisto en que lo traté, sobre todo, cuando era una persona mayor que se hallaba enferma.