Los últimos estertores del baltarismo en el PP

José Manuel Rubín SIETE DÍAS, SIETE VOCES

O CARBALLIÑO

03 ago 2015 . Actualizado a las 12:13 h.

La bofetada era para Alberto Núñez Feijoo pero la recibieron en pleno mentón dos secundarios, el alcalde de Ourense, Jesús Vázquez, y el ya exteniente de alcalde, Paco González. La crisis abierta por el presidente del Partido Popular de Ourense, José Manuel Baltar, no tiene raíz ética, ni estética, ni económica, ni laboral como sucesivamente esgrimió el líder popular y su troupe. Lo sucedido es reflejo de los últimos estertores del baltarismo, esa corriente que enriqueció a una saga en la misma proporción en que empobreció a un pueblo. Feijoo, en una labor timorata, lleva un lustro destejiendo la madeja de poder caciquil trenzada en el último cuarto de siglo por la saga Baltar. El baltarismo empezó a erosionarse en el congreso del PP del año 2010 como se constató en la confección de las listas autonómicas y municipales posteriores. Al quedar cercenadas las ansias de Baltar de proyectarse más allá de Ourense, decidió fortalecerse en lo pequeño (aunque sea a base de deslealtades y zancadillas) y blindarse en Ourense. A pesar de haber perdido 20.423 votos, 35 concejales y varias alcaldías (algunas tan emblemáticas como las de Verín y O Carballiño), saca pecho ante Feijoo tras el batacazo de este en las diputaciones de A Coruña y Pontevedra y en los gobiernos de las capitales gallegas.

Ahora toca apuntalar ese poder personal, alternativo al del presidente de la Xunta de Galicia, con la reunión de alcaldes convocada para septiembre con la vista puesta en el congreso provincial del Partido Popular del primer trimestre del 2016. Aunque, como coartada, también citó a los regidores de otros partidos, el objetivo es decirle a Feijoo: «Estos son mis alcaldes, es decir, mis poderes. No muevas ficha si no quieres encontrarte, de nuevo, con la división del PP en Ourense». Como decía el maestro Alfredo Vara en La Voz, «la gresca entre boinas y birretes no estaba muerta y enterrada». La operación desestabilizadora le ha quitado la careta a Baltar júnior.

Lo que defiende el presidente provincial del PP no es la ourensanía que tanto pregona en discursos fatuos. Lo que defiende (hasta el extremo de sacrificar a leales servidores del PP en Ourense) es la baltaranía que es como la ourensanía (un sentimiento de ser y pertenecer a una tierra única) pero en plan familiar, exclusivo, rentable e interesado.

Carta abierta a Francisco González Bouzán

Contigo, estimado exteniente de alcalde del Concello de Ourense, se ha enterrado un estilo que le dio a esta capital el honor de ser la tercera de Galicia tras haber pasado de los 21.198 vecinos en 1900 a los 106.905 actuales. El secreto no fue otro que el esfuerzo de quienes (aquí y en la emigración) trabajaron de sol a sol en múltiples actividades. El presidente de la Diputación ha olvidado esta virtud y te ha obligado a elegir entre director del Simeón o teniente alcalde de Ourense. Decía ayer en La Voz («escoiteille ao alcalde que Paco González dedicáballe 24 horas ao Concello e eu son o presidente da Deputación»), para justificar su veto, que no podías ejercer sendos cargos a un tiempo sin haberte dado ni 100 días de cortesía para comprobarlo. Me pregunto, ¿cómo puede demonizar tu trabajo el hijo del hombre que compatibilizó más cargos en la vida pública? José Luis Baltar podía ser al mismo tiempo alcalde de Nogueira, diputado provincial, director del colegio público, granjero de Coren, secretario de Caixa Ourense y un etcétera que no me alcanza la memoria. También podía ser presidente de la Diputación, senador, concejal en Ourense, presidente del PP, empresario fotovoltaico, dueño de un club de fútbol y otros etcéteras más. La laboriosidad que vio en casa como una virtud, el hijo de Baltar la ve en ti como un defecto. Si tu defenestración no obedeciese a un puro capricho personal, ¿por qué mantiene a un vicepresidente, con dedicación exclusiva, que lleva muchas más responsabilidades que tú en la Diputación y es, al mismo tiempo, edil de Ourense encargado del parque móvil, promoción económica y empleo, participación en ferias y exposiciones, gestión de los edificios municipales y varias jefaturas más? ¿Cuántas varas de medir tiene este Baltar que ha hundido (política y humanamente) a un hombre como tú que durante décadas fue mano derecha y leal servidor de su padre? Si te moviese el dinero pedías la excedencia en la Diputación y te dedicabas a la política. Sabes, porque lo aprendiste con un buen maestro, que es mucho más rentable que el trabajo de funcionario. Levanta el ánimo, recupérate de la baja médica y pasea, con orgullo y honor, la cabeza de hombre de bien que un hombre caprichoso intentó cortar urdiendo una chapuza política.