Blanca Pérez: «Ser profesor de FP exige que te recicles cada día para ir al ritmo del mercado»

OURENSE

En los 90 enseñaba Tecnología Informática a alumnos de la rama administrativa
24 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Cuando Blanca Pérez estudiaba Ciencias Empresariales en la Universidad de A Coruña no podía ni imaginar que su trayectoria profesional se centraría en la docencia. Había elegido la carrera convencida de que le gustaba todo lo vinculado a la gestión empresarial y comercial. «Mis padres tenían un almacén de muebles y yo en verano ya ayudaba encargándome de pequeñas tareas en la oficina, como atender a los clientes que llamaban por teléfono, pero también hacía los albaranes para los camiones que salían con el material, por ejemplo», recuerda. Fue en la etapa universitaria donde, sin ser consciente de ello, tomó una decisión que le cambió la vida. «En la carrera había opción de elegir entre una línea más orientada a las finanzas y otra a la informática. Eran los ochenta y aquello estaba llegando a la sociedad. Quizá ese punto novedoso hizo que me atrajera. Opté por esa vertiente», resume.
Tras terminar la carrera se puso a preparar oposiciones para Hacienda pero, simultáneamente, buscaba trabajo y se inscribió como demandante de empleo. «Yo pensaba que me llamarían para alguna empresa, pero fueron los de Educación. Necesitaban cubrir una sustitución para la materia de Tecnología Informática en el centro de A Carballeira y como entonces era una época en la que todavía no había muchos profesionales disponibles, echaban mano de nosotros», explica. Recuerda que ni siquiera había salido la primera promoción que se graduó en la Escuela Universitaria de Informática de A Coruña, creada en 1986.
Para Blanca Pérez la entrada en el mundo de la enseñanza supuso todo un reto. No solo porque se estrenaba en la faceta docente, sino por hacerlo en una materia técnica que formó parte de sus estudios universitarios de manera tangencial. «Ser profesor de FP exige que te recicles constantemente, cada día, para ir al ritmo del mercado. Tienes que conocer los cambios en el mundo real para enseñarlos, porque tu responsabilidad es formar a profesionales que necesitan conocer esas técnicas y manejar esas herramientas. En el caso de la informática y su aplicación a la enseñanza de los ciclos de Administración y Finanzas, esos cambios han sido no solo constantes sino cada vez más vertiginosos», afirma. «Yo, que durante algunos años combiné las clases de Tecnología Informática o Tecnología Administrativa en los ciclos de FP con la docencia en asignaturas genéricas, como Economía, para alumnos de bachillerato, puedo decir que hay una gran diferencia en cuanto a la exigencia en el reciclaje y actualización», añade.
En aquel primer curso en A Carballeira (fue el del 89-90), Blanca se enfrentó al reto de mejorar su propio nivel de práctica con los ordenadores. «En aquella asignatura básicamente enseñábamos a conocer sistemas y lenguajes operativos como el Basic o el Cobol. En mi carrera la materia la aprendimos con un solo ordenador para compartir entre quince o veinte en el aula, así que salimos de la universidad con mucha teoría, pero poco manejo real», concluye.
La solución que encontró fue convertirse en autodidacta. «Por aquel entonces no tenía ordenador en casa, así que me quedaba en el aula de informática desde que terminaban las clases. Pasaba horas trabajando con los discos que tenías que ir cambiando a través de un soporte externo, dependiendo de los comandos que quisieras ejecutar. Manejábamos sistemas operativos como el MS-Dos, nada que ver con el Windows, que aún tardó años en llegar», relata Blanca. Varias veces perdió la noción del tiempo pero recuerda una tarde concreta. «Aquel día se olvidaron de mí y me quedé encerrada en el segundo piso del centro, donde estaban las aulas de informática y mecanografía separadas del resto por una cancilla», narra.
Ahora recuerda el episodio sonriendo, pero confiesa que llegó a estar bastante agobiada. «Es un buen reflejo de lo que han cambiado las cosas. No había teléfonos móviles y el correo electrónico no era de uso común. Hoy, aun sin teléfono, podría usar el ordenador para escribir a alguien pidiendo ayuda y lo verían en el momento. Entonces no. Estaba incomunicada y sin posibilidad siquiera de ir a un baño. Fue un momento de apuro importante», comenta. La llegada al patio de unos chicos del barrio para jugar fue su salvación. «Les oí, me asomé a la ventana, les expliqué y les tiré un papel con el número de teléfono de mi casa para que avisaran de mi situación. Me sacaron a las diez y media de la noche», recuerda.
«Yo también tenía prejuicios sobre la formación profesional»
«En mi época, a los que se iban a FP se les presuponía que eran malos alumnos. Recuerdo que en mi época de BUP yo también tenía esos prejuicios sobre la formación profesional y una de las cosas que me asombró cuando llegué fue comprobar que se enfrentaban a cursos de quince o dieciséis asignaturas, entre las genéricas y las técnicas, mientras que en bachillerato hacías la mitad», argumenta Blanca. Hoy es una firme defensora de ese camino. «El mercado lo demuestra: las profesiones técnicas son el futuro y la expectativa de empleo de los que optan por la FP es altísima porque el nivel de formación también lo es», asegura, animando a los jóvenes a buscar entre los centros de la provincia el título que encaja con su vocación.
Quién es:
- DNI. Blanca Pérez González nació en 1963 en la casa que sus abuelos tenían en la avenida de Portugal y esa calle fue referencia de su infancia, junto con el colegio Santo Ángel donde cubrió su primera etapa educativa hasta pasar al instituto Otero Pedrayo. Hizo la carrera de Empresariales en A Coruña y trabajó más de tres décadas como docente en varios centros de FP e institutos de secundaria de la ciudad de Ourense, además de en Celanova, Monforte, Verín y O Carballiño
- Su rincón. El río Miño. Dice que pasear por sus orillas la relaja y nadar en sus aguas la revitaliza. Hace tres décadas que se unió a un grupo de vecinos que bajan un tramo del cauce prácticamente a diario, aunque ella se confiesa más friolera y concentra los chapuzones entre la primavera y el otoño.