David Conde, hostelero: «Será kamikaze, pero en maio temos todo o mes programación cultural»

David Conde tenía una espina clavada y se la quiere extirpar este mes de mayo con una propuesta cultural para su café Antigua O'Renque que, asume, está llena de riesgo económico, pero sobre todo de ilusión. Y de ganas de reivindicar que los artistas merecen tener un lugar en el que ser escuchados y ser remunerados por ello. Así que durante mayo, este local de la zona universitaria de Ourense se convertirá en un punto de referencia para la vida cultural ourensana. Magia, música, historia, catas de vino y cervezas son algunas de las propuestas ya confirmadas para varias fechas de este mes.

Este hostelero se inspira en el legado que dejó el antiguo propietario del local Antigua Social Club, situado en la calle Doctor Temes Fernández, muy cerca del edificio de Ferro, en plena zona universitaria. «A idea de montar este garito foi en homenaxe a José González, Josito, quen fundara o Antigua Social Club para dinamizar o entorno do jazz e chegou a traer xente moi importante sen axuda de ninguén. Eu unha vez pregunteille que por que facía iso, porque se chegou a arruinar, e dixo que o facía porque amaba a música. Nós plantexamos a apertura cunha filosofía parecida», explica David. Él tuvo durante dos años y medio el bar O'Renque, siguiendo los pasos de González. Se quedó con ganas de promover actividades como las que ahora va a ofrecer. Al abrir en el viejo Antigua quisieron mantener su espíritu y vocación. «O noso é máis a dinamización cultural que a hostelería», confiesa David, a quien le interesaría que el Antigua O'Renque se dirigiese más a ser un centro social que un bar.

El local está presidido por una batería y otros instrumentos, que ocupan un lugar preferencial. Ya se han celebrado varias jam sessions, con música jazz, desde la apertura en octubre del 2021. «Levamos ano e medio aquí e cada persoa do mundo do espectáculo que entra pola porta está coa teima de que en Ourense non hai nada», cuenta. Algunos de los que frecuentan el bar son Coché Vil, Olga Brañas, el batería de Lancelot o Raúl, hijo de María do Ceo, menciona. Ahora, este mes de mayo, David Conde está decidido a dar un paso más, cualitativo y cuantitativo. Y diferente. «Nós queremos diferenciarnos doutros establecementos. Queremos pagar ao artista, para que poida desenvolver a súa arte. Non é tanto un problema de falta de programación, senón que o que e programa repercute, prácticamente de maneira nula, para o artista», revela. Su apuesta es intentar demostrar que «cun capital escasísimo» se puede ofrecer programación cultural variada y continua en un local privado. «Vamos facer posiblemente un acto kamikaze, porque poden suceder dúas cousas: ou ben que a xente se anime a vir aos espectáculos e compense traelos, ou ben que nos arruinemos no intento», reconoce.

Su modelo es el de no cobrar entrada. Hace años tocó en un grupo de música folk-rock, Millo, una experiencia que le permitió conocer a muchas personas del mundo del espectáculo, la música y de las artes escénicas. También comprobó que muchos artistas tienen que cobrar entrada y que a los grupos se les pagará con esa recaudación y el local se quedará con la caja. «A idea da entrada pode estar ben para que a xente valore o artista, pero o que teño visto e que aquí e fai para que o local non perda por traer ese artista. O concepto é diferente», cuestiona Conde.

Desechó la idea de cobrar entrada para su programación de mayo, a pesar de que, dice, traerá artistas potentes. Los nombres que ya tiene confirmados son Grumpy Kids (11 de mayo), la cantautora MJ Pérez (miércoles 17), Factoría de Subsistencia (viernes 19), la banda que fundó Josito Porto, además de una tertulia musical con Charly Domínguez, ex bajista de Los Suaves (18 de mayo), el dúo Farsantes, magia de cerca y de salón, con Nikomagias, una vez a la semana, «unha pinchada» con un disyóquey y catas.

«Isto é unha chamada de atención sobre a escena da cidade»

Todavía no está toda la programación confirmada con fechas. «A miña idea é que haia algo todos os días de maio, incluso entre semana, para non contraprogamar e para ter unha alternativa de ocio. É facer como unha chamada de atención sobre a escena da cidade, un pouco máis efectiva e colaborativa que crear un grupúsculo que reivindique algo e non poña nada sobre a mesa. Seguramente sairemos mal parados», desconfía. Aunque ofreció participar a otra gente, como a un empresario local de cerveza artesana, se cansó de las largas.

Conde participó, y sigue haciéndolo cuando tiene tiempo, en movimientos culturales. Esa inquietud permanece, porque además tiene amistades y conocidos del mundo artístico. Hace unos años, formó parte del programa Orballo, en Radio Allariz, con el que daban a conocer actividades. Ya entones ponían cada uno de los integrantes dinero de su bolsillo, recuerda. «A vontade está ben, pero á cultura teslle que inxectar diñeiro», remacha.

Su referente en esta materia en la ciudad fue el Antigua. «Trouxo xente como Jorge Pardo ou Toquinho, de talla internacional, con cero subvencións», enfatiza el hostelero.

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