«Pedimos el cierre inmediato de La Mamba y 72 horas después llegó la desgracia»

Cartas al director
Cartas al director CARTAS AL DIRECTOR

OURENSE

Imagen de archivo del pub La Mamba y del piso de los agresores, situado justo encima del local, en la calle San Pedro de Ourense
Imagen de archivo del pub La Mamba y del piso de los agresores, situado justo encima del local, en la calle San Pedro de Ourense SANTI MÍGUEZ AMIL

09 dic 2022 . Actualizado a las 09:26 h.

Cuando la locura invisible entra en tu casa

La mamba es una serpiente muy peligrosa originaria de África que da nombre al bar del hostelero al que un matrimonio intentó asesinar en el casco viejo, supuestamente por ruidos. Sus agresores ya duermen en prisión porque el tribunal no vio probado que los ruidos procedentes del pub fueran incesantes o desquiciantes. No están documentados, ni hay denuncias anteriores, ni intervenciones policiales de carácter administrativo. Sí que las hay.

El comerciante tiene dos locales más dedicados al ocio nocturno, porque los negocios le van bien. Así lo afirmó en la entrevista que el empresario concedió el pasado día 28 a este periódico y en ella, estableció un marco mental de lo que para él es el casco histórico, donde afirma que ha invertido mucho dinero y pide empatía. «... Estamos en los vinos y hay pisos antiguos, mal aislados, con ventanas de madera y entra el ruido del exterior... », «Me achacan ruidos del anterior titular...» Justificaba así las molestias al vecindario. Conoce el problema pero ignora la solución. Lo que se tiene que aislar es la fuente del ruido, su local. La ley le obliga.

En un alegato victimista (y lo es) nos cita mientras revive los días previos a los hechos desliza alguna mentira y pide que le dejen trabajar tranquilo. Buscamos en nuestra documentación y salta la sorpresa. Trece días antes de la fatalidad, una llamada al mediodía alerta a la policía del volumen de la música que sale de La Mamba. El Cimborrio denuncia «la inusual potencia del reproductor musical». Como sería el ruido que la policía levanta acta inmediatamente «por no ajustarse a las condiciones establecidas para café bar» y el Ayuntamiento ordena la suspensión de la actividad el día 26. Pedimos el cierre inmediato el día 28 y 72 horas después... la desgracia.

 El vecindario también quiere vivir tranquilo pero con Moisés aún en reanimación los ruidos siguieron y desde el día 3 (dos días después del ataque) se presentaron hasta seis denuncias por ruidos: se piden sanciones y la instalación de un sonómetro en el local para controlar los ruidos ¡No se le achacaban ruidos del anterior titular, eran de su local, y además, demenciales! Sí hubo ruidos, documentados, denuncias anteriores e informes de la policía.

Sus otros locales también fueron denunciados. El de la rúa San Pedro por el atronador volumen de la música. Se pide una medición acústica que el Ayuntamiento hace a regañadientes y el resultado es como esperábamos. «No hay ningún limitador insertado en el equipo de sonido» Ha invertido mucho dinero pero no en adecuar el local.

No podemos justificar el apuñalamiento ni ningún tipo de violencia y lo condenamos, pero aquí hay más víctimas. El local del Corregidor no se queda atrás y martiriza al vecindario con ruidos por ejercer también sin limitador. Pese a las constantes denuncias y mediciones acústicas de la policía en las viviendas el cierre del local tardó más de un año. El ruido no deja cicatrices pero daña la salud de quien los padece. Estados Unidos lo usó como método de tortura en la bahía de Guantánamo en el 2002 y Amnistía Internacional lo denunció. No deja huellas, pero tiene devastadoras consecuencias físicas y mentales. ¡En Ourense no debería pasar, pero veinte años después pasa!

Asociación O Cimborrio. Casco histórico de Ourense