No. No he perdido aún las neuronas que me centran en el tiempo y el espacio. Ya es primavera, sí, pero en Buenos Aires. Percute en mi cabeza la tonadilla de un tema del grupo argentino, Ainda. Lo descubrí hace unos meses, cuando Leiva incorporó a su banda a Esmeralda Escalante. El dúo que la joven cantante forma con Yago Escrivá comenzó a romperla varios años antes, cuando otro conocido —y oscarizado— artista, Jorge Drexler, prestó su voz a ese pegadizo tarareo: «Ya es primavera en Buenos Aires, la verdad primera en la ciudad».
Y, en efecto, puede que sea la primera pero no la única. Aquí seguimos en nuestro otoño, tanto en los grandes almacenes como en plena calle. Y, desde luego, en los campos de fútbol, donde me paso los fines de semana, sea in person o con el auricular en la oreja. Fue en la Radio Galega en la que escuché a Antonio Fernández animar a quienes se deprimían por el empate del Pontevedra ante la Balompédica Linense. Como venían de sumar otras meritorias tablas en Riazor, ahora no pueden conformarse con menos.
Y Antonio, nacido en Ourense cuando su padre jugaba en O Couto, atesora millas en esos campos de la Tercera División en los que también vistió de vermello. Como técnico joven y pujante lleva en sus alforjas el ascenso a Tercera con el Vilalonga, las promociones a Segunda B con el Alondras y, por fin, el acceso a esa categoría con el San Roque de Lepe. En Pontevedra puede que sea primavera, pero conozco a otros muchos que trabajaron en otoños embarrados para forjar ese proyecto que sigue en buenas manos. ¡Qué dure esa primavera y la disfrutemos los demás!