No pude evitarlo y mi vena más trasnochadora me llevó a ver trucos de malabarista y algo parecido al baloncesto, en la madrugada del partido All Stars de la NBA. Y reconozco que incluso valió la pena.
Primero por el homenaje a setenta cinco de los ases del deporte de la canasta, algunos ya fallecidos, pero otros en carne y hueso, desde Jerry West —el del logo— y Óscar Robertson, ambos con 83 años a cuestas, a esas leyendas como un Abdul Jabbar, con problemas ya para caminar, Magic Johnson o Michael Jordan. Irrepetible, será difícil reunir otra vez a más de medio centenar de deportistas de ese nivel.
Después la fiesta del gran LeBron James y Stephen Curry, nacidos ambos en el mismo hospital, a pocos kilómetros de Cleveland, sede de esta edición. Espectáculo al estilo NBA, pero también nuevas muestras del carisma de ambos. Y, en el caso del base, récords como sus 16 triples en un choque de estrellas. Que sí, que nadie defiende. Pero hay que clavarlos como lo hace el hijo de aquel Del Curry que en los albores de la canasta de tres fue pionero. Sombrerazo.
Y me produce una sensación similar la UD Ourense de Jorge De Dios y Toni Álvarez. Como ya apunté hace meses, se está rearmando y lo hace con la tranquilidad que dan los resultados favorables. Ya son diecisiete victorias y tres empates, el último de ellos en la quinta jornada. Lástima que el fútbol poscovid forzó formatos tan extraños como el de la Preferente. Porque toda esa renta se perderá en la segunda fase, la de verdad. Porque solo dos equipos del sur saldrán de la categoría autonómica hacia arriba. Serán necesarios los triplazos.