El botellón y los macrobrotes

Rubén Nóvoa Pérez
Rubén Nóvoa DESDE MI BARRIO

OURENSE

04 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Recuerdan cuando en pleno confinamiento las televisiones y medios de comunicación se llenaban de expertos que auguraban un cambio en la sociedad debido a la pandemia. Pues ya ven que no. Con más de la mitad de la población vacunada al menos con una dosis, aquí estamos nosotros empeñándonos en que el virus siga en nuestras vidas. Cuando parecía que lo de los brotes -recuerdan al principio de la pandemia cuando se buscaban brotes como los jóvenes buscan pokémones con sus móviles- había pasado a mejor vida, ya ven. Aquí estamos nuevamente, pero ahora en la versión macrobrotes. Hasta Ourense llegó, aunque, afortunadamente, solo la resaca del contagio masivo en Mallorca. De todo ese fenómeno, sin duda ninguna lo que más me llamó la atención fue la respuesta que han tenido algunos padres, que han salido a la carrera a rescatar a sus hijos de hoteles, que para ellos eran cárceles. Es censurable, pero hasta puede ser comprensible que a los chavales se les fuera de las manos la fiesta y acabaron casi todos contagiados por los excesos en la isla, pero otras reacciones más en frío son incomprensibles. En Ourense, mientras tanto seguimos jugando a la ruleta rusa con el botellón.