Cáritas se vuelca en sus proyectos formativos a pesar de la pandemia

Javier González Sobrado
javier g. sobrado OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Voluntarios imparten clase en el programa de alfabetización que desarrolla Cáritas en Ourense
Voluntarios imparten clase en el programa de alfabetización que desarrolla Cáritas en Ourense MIGUEL VILLAR

Las necesidades generadas por el covid-19 obligaron a reforzar el comedor

12 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

María Tabarés Domínguez, presidenta de Cáritas Diocesana en Ourense, admite que no sabe si sería capaz de realizar un breve resumen de lo que ha supuesto este año de pandemia para la entidad. Lo que sí deja claro, como casi todo el mundo, es que «fueron 12 meses de vértigo».

Cuando se decretó el estado de alarma, varios centros ligados a la oenegé tuvieron que cerrar sus puertas. Aún así, Cáritas decidió que sus espacios iban a estar abiertos siempre que las condiciones lo permitiesen. La situación empeoraba en todos los sectores, y los servicios sociales empezaron muy pronto a notarlo. «Una vez que vimos que nuestro comedor empezaba a desbordarse, con un crecimiento de unas veinte personas al día, decidimos reestructurar nuestros servicios y que el grueso de los recursos humanos se fuese al comedor social», subraya.

El proyecto de Cáritas en la provincia tiene un pilar básico y fundamental, y es el de ayudar a las personas a construir sus vidas. «No queremos ser simples dispensadores de comida», apunta Tabarés Domínguez. Si una persona no puede costearse una alimentación saludable o una vida digna, dice la presidenta, la misión de los servicios sociales debe ser no solo acabar con esa necesidad inmediata, sino romper con esa situación para siempre. «Las ayudas puntuales no permiten a las personas salir de la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran», subraya. El empleo y la formación son las dos grandes apuestas de Cáritas para sí conseguir que sus usuarios abandonen la vulnerabilidad: «Uno tiene que vivir de su trabajo. Lo que nosotros queremos realmente es caminar de la mano de las personas para que salgan de la mala situación en la que están».

Condiciones de empleo

Desde luego, no es una labor sencilla, y no lo es por varios motivos. Uno de ellos es que, en ocasiones, aunque alguien consiga un trabajo, las condiciones de este no son dignas. «Debemos plantearnos una sociedad en la que una persona trabajando a jornada completa gane lo suficiente para vivir y mantener a su familia», asegura Tabarés. A la presidenta le resulta inconcebible el concepto de «trabajador pobre» y admite que el salario mínimo debería ser aquel que permita garantizar unas necesidades básicas, igual que una pensión de jubilación mínima. «En el momento en el que eso no pasa, la sociedad está fallando. Una persona que trabaja su jornada completa y no le da para vivir, ¿qué hace?». Es por ello que, a pesar de haber tenido que volcar el más alto porcentaje de su presupuesto en acciones relativas a necesidades básicas como el comedor social, Cáritas ha aumentado su oferta formativa para este año en Ourense. Tanto, que casi la ha triplicado con respecto al período anterior.

«Tenemos programas que funcionan las 24 horas del día, los 365 días del año»

La ayuda que ofrecen oenegés como la división ourensana de Cáritas Diocesana vive en muy alto porcentaje de las personas que quieren aportar, de hecho, en este caso, el 90 % del capital humano proviene del voluntariado. Formar parte de esta forma de solidaridad es, en realidad, muy sencillo. «Solo tienen que llamar por teléfono y decir que quieren ser voluntarios», explica María Tabarés.

Para participar de este modo en uno de los múltiples programas que la entidad ofrece a sus usuarios, da igual el tipo de persona que uno sea o la edad que tenga. Tampoco es necesario contar con ningún tipo de condición especial, más allá de ganas, eso sí, y cierta disponibilidad horaria. «Tenemos programas que funcionan las 24 horas del día, los 365 días del año. Es muy fácil encajar en alguno de ellos», detalla la responsable de Cáritas en Ourense.

Diferentes programas

Entre los proyectos en los que cualquier persona puede aportar su granito de arena como voluntario están algunos de los más conocidos de Cáritas, como el ropero, el comedor social -que ha aumentado sustancialmente su necesidad de personal desde el inicio de la pandemia-, o el programa de mujer -que ayuda a víctimas de violencia machista-, los múltiples programas de mayores, o el proyecto de alfabetización, impartido por profesores voluntarios.

Y para todo aquel que, teniendo ganas y voluntad, carezca de disponibilidad horaria, siempre habrá otra opción que Tabarés Domínguez recuerda: «Ayudar económicamente también es una forma de colaborar».