Todo se acaba

María Doallo Freire
María Doallo NO SÉ NADA

OURENSE

08 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo dijo en su día Pereza en una canción que durante gran parte de mi adolescencia escuchaba en bucle una y otra vez. Pienso en aquella tarde decía que «todo se acaba» y seguía, para esos que no se hubieran enterado llegados a este punto, «dijiste mirándome que ya no estábamos juntos». El melodrama amoroso juvenil, un tic que por desgracia he arrastrado conmigo hasta la actualidad —en la que sigo siendo joven—. Tengo la sensación de que no se puede querer fuerte y disimularlo; de ahí que cuando sufro consecuentemente fuerte, también se note. Es lógica aplastante. Eso mismo confiaba que aplicaríamos en la ciudad una vez observada la evolución de los contagios. Pero no ha sido así, porque mi capacidad para equivocarme con la gente es directamente proporcional a la estupidez humana. O porque somos todos una panda de cazurros incapaces de posponer un puñado de días ociosos y planes nocturnos. Así que ahora, las frases con las que Leiva metía el dedo en la herida cuando era niña valen bien para explicar la realidad que nos toca. Y buena noticia sería si lo llevásemos a cabo. Se acabó lo que se daba. Nada de reencuentros ni de estar juntos. Es momento de frenar. De recordar cómo estuvimos y de poner la distancia suficiente para no volver a estar. Toca ir a desayunar solos al bar, toca disfrutar del cine o del teatro sin compañía, encargar la comida para llevar y cambiar la escapada del fin de semana por un paseo por A Lonia o Montealegre. Si no os sirve, pensad que podría ser peor. Para muchos, dicen que más de un millón, la historia se acabó del todo, así que siempre será mejor separarnos que lamentar toda la vida el haber perdido a alguien que amábamos.