Veinte creadoras contemporáneas exponen de manera conjunta en la Galería Visol de la capital ourensana
24 nov 2019 . Actualizado a las 21:29 h.Para abrir el acto, la reputada actriz y directora de teatro Milucha Rodríguez interpretó un poema y el músico Daniel Soldevilla derrochó aptitud, actitud y talento.
Conscientes de la invisibilidad con la que la Historia del Arte occidental ocultó a las mujeres en un intento de silenciar o menospreciar sus logros, las creadoras contemporáneas no piensan que el arte sea tan sólo una cuestión de género.
No buscan reivindicar un espacio o consideración que no se hayan ganado más allá de su trabajo, integridad, trayectoria y compromiso individual y con la sociedad como creativas, sujetos de arte y no representación idealizada de la mirada masculina o musa, cosificación y condescendencia barata.
La Galería Visol propone calidad, compromiso y respeto por la carrera y trayectoria de las artistas que forman parte del proyecto expositivo a nivel internacional Ellas.
¿Y quiénes son ellas? Entre otras, la académica de Bellas Artes referente escultora del acero Soledad Penalta, creadora de un lenguaje propio a través de su escultura caligráfica, investigadora que experimenta con las formas traspasando el espacio con una anatomía lírica que conceptualiza y extrema la sofisticación del material y una concepción filosófica del ser, el individuo y la multitud como entramado y estructura cinemática.
La pintora y gestora cultural Isabel Pintado plantea un paisaje interior dominado por la psique. Un sfumatto surrealista desdibuja los contornos como un velo atmosférico onírico y emocional. Presenta lo efímero como inmanente consiguiendo una realidad intensificada al transformar en subjetivo lo objetivo. Sensualidad e inteligencia en los espléndidos abstractos de geometría lírica.
Con Monedas de cambio la sorprendente artista moldava Natasha Lelenco plantea el objeto de arte como moneda. Una evolución de la obra en movimiento, un concepto revolucionario como lo es su magnética pintura y su personal discurso.
La artista coreana Mizzi Lee presenta dos inquietantes acrílicos de carácter expresionista y una soberbia interpretación del color con valor afectivo.
La creadora griega Sula Repani investiga a través del paisaje la naturaleza humana con extraordinaria sensibilidad y coherencia y una elegancia sublime en los desplazamientos que como interrogantes abre al vacío como dimensión espacial. Existencialismo y dulzura, memoria e identidad.
La artista rusa Svetlana Kalachnik presenta sus obras dominadas por el hedonismo, la ironía y un vitalismo deslumbrante. Sus personajes felices y dinámicos se instalan en la alegría de una España de tópicos e iluminaciones con pan de oro de inspiración en la tradición del icono religioso ortodoxo y un discurso contemporáneo feminista y escéptico.
Resulta sorprendente la obra de la humanista Ehlaba, un retorno a la figuración enfrentando dos imágenes que generan una composición dual de abierta lectura si consideramos la forma que surge del vacío. Interesante diálogo entre la forma y su perfil enfrentado y el hueco que dibuja el aire entre ellos.
Sobrecogedora es la obra de Ruth Lodeiro. Su escultura descarnada enhebrada de vertebras, pasiones, ilusiones, encantos y desencantos. Lección de vida y pasión, conciencia y resistencia. Soberbia expresión de aquello en lo que no caben las palabras.
Monumentales son los retratos de Marita Carmona, la artista desgarra a través de la técnica surrealista rescatada por Paalen del fumage. Una interesante figuración y un código visual con caligrafía propia.
Ana Ferreiro presenta uno de sus enigmáticos retratos femeninos con calibrada composición y depuración técnica.
María Lezón transporta a su universo de sensualidad y temperamento. La hipertrofia figurativa como marca expresiva con un enfoque emocional y visual hipnótico.
Loreto Santaella aporta un caligráfico poema visual fundamentado en una sofisticación de la composición abstracta cuyos flujos direccionales y ritmos móviles equilibran el sesgo de la línea que atraviesa las formas orgánicas.
Las maestras del grabado Lola Catalá, Yolanda Carbajales y Prado de Fata sorprenden con su dominio de la técnica y la capacidad sobrehumana de reinventarse tanto en motivo como por expansión en la disciplina.
La artista cubana Mª Consuelo Mendoza en un espléndido dibujo y Marcela Santorun juega con el valor conceptual de la línea y el valor afectivo del color.
La fotografía está representada con mayúsculas por la artista conceptual de la imagen Ana Gil y la nominada al premio Goya de este año Pily Reñones con dos magnificas obras respectivamente.