Feijoo retoma la idea de reagrupar servicios y Jácome aplica la propuesta al Concello
26 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Lluvia de millones en el mediático encuentro de las primeras autoridades de Galicia y Ourense. A Alberto Núñez Feijoo y Gonzalo Pérez Jácome le bastaron dos horas para saber que sus postulados no estaban tan alejados y que la unión de sus fuerzas acabará por dar los frutos buscados por ambos: dinamizar la tercera ciudad de la comunidad y aplicar, de una vez por todas, la tan reclamada discriminación positiva. Núñez Feijoo desgranó una poalla de euros sobre la ciudad -de los 64,4 millones para la reforma del hospital a los 20 millones para el Ecobarrio, pasando por muchas y múltiples parada intermedias en el trayecto- y sacó del armario una serpiente de verano en forma de noche de Perseidas en pleno día: la Xunta tiene la intención de construir el edificio que albergará todos sus servicios administrativos que se prestan en Ourense en un único espacio. Con todo, recordó «para construílo é preciso que o Concello ceda unha parcela» para acometer un proyecto en el que el Gobierno gallego tiene la previsión de invertir 20 millones de euros.
De O Couto al PXOM de 1986
El Gobierno gallego tiene desperdigados sus servicios y oficinas por toda la ciudad. Aunque la referencia más destacada es la delegación de la Xunta en Ourense, la conocida como Casa de Chocolate, hay dependencias en Florentino Cuevillas, Concello, Xoán XXIII, Paseo, A Lonia y en otros lugares.
Dotarse de un edificio de nueva planta para centralizar en el mismo todas las dependencias autonómicas en la ciudad es una vieja demanda, que se ha ido aplazando en el tiempo y que no parece tener una fácil solución. La nueva ubicación tiene que ser céntrica, para facilitar el acceso de los ciudadanos a los servicios autonómicos, y las opciones barajadas en su momento parecían alejarse de esta condición o, además, presentaban problemas derivados de la titularidad de los terrenos. Crear las oficinas de la Xunta en el campo de O Couto fue una opción barajada en su día -de hace 20 años es el proyecto
Ourense cara ao novo milenio
-, aunque la posible reclamación de reversión de parte de los terrenos, donados con la expresa condición de ser destinados a actividades deportivas, lastró el proyecto del Gobierno gallego.
Aunque la posibilidad de conseguir un solar no es tarea fácil, más con la actual situación urbanística y con el PXOM de 1986 en vigor, Jácome lo ve como una oportunidad de hacer lo propio con las oficinas y servicios municipales. El alcalde, que no descarta retomar la opción de O Couto, lanzó su propuesta: si hay nuevo edificio de la Xunta, la Casa de Chocolate es una buena opción para el Concello.
El patrimonio municipal engloba edificios sin uso como el matadero o la plaza de A Ponte
Jácome ya lanzó su idea en la primera valoración que hizo a los pocos días de su toma de posesión. La radiografía era clara y el objetivo concreto: el Concello de Ourense tiene servicios repartidos por todo el casco histórico, y en otras zonas de la ciudad, y esa circunstancia provoca un despilfarro económico y un exceso de personal. Así las cosas, se hace necesario unificar servicios, oficinas y personal para agilizar la gestión y atajar la sangría económica provocada por la dispersión de los negociados. Aunque la solución pasa por concentrar la actividad y buscar un lugar donde centralizar servicios, lo cierto es que el Concello cuenta con una amplia cartera de edificios o locales vinculados al patrimonio municipal que están sin uso o abandonados, literalmente.
De Prieto Nespereira a O Pino
Entre las propiedades figura la plaza de A Ponte, rehabilitada y sin uso desde hace años. En el entorno de A Chavasqueira está el viejo matadero de As Caldas y las naves que fueron de la Azucarera Anuska, aunque el proyecto de actuación en el entorno contempla reordenar la zona para potenciar el uso termal. También cuenta con locales en las traseras de Julio Prieto Nespereira -los bajos de la promoción de viviendas realizada por la Xunta-, en el Auditorio nunca se sacó a concurso la cafetería -tampoco la existente en la Alameda do Cruceiro- ni el aparcamiento y edificios como el de la Estación de Autobuses -con derechos de reversión- o el Centro de Parques Naturales, sin uso y sobre terreno municipal, siempre son opciones a negociar.