«Hierro apareció de una forma muy natural»

Í. Rolán, S. Pérez OURENSE

OURENSE

Íñigo Rolán

El guionista Pepe Coira presentó su serie, «Hierro», en una de las jornadas del Curso de Medios Audiovisuais de Celanova

12 jul 2019 . Actualizado a las 12:10 h.

Pepe Coira (Rábade, 1963) es el creador de la serie de Movistar+ Hierro. La producción fue protagonista este jueves del Curso de Medios Audiovisuais que se está celebrando en el auditorio municipal Ilduara de Celanova. 

- Como guionista, ¿fue primero la isla o la historia?

- Primero fue la historia. En un principio estaba pensado para Finisterre, muy inicialmente. Pero por varias razones hubo que buscar un lugar alternativo y lo que a nosotros nos interesaba era que fuese un lugar como el fin del mundo. «Hierro» apareció de una manera muy natural. Y desde que planteamos la isla, la serie se transformó mucho. Nos interesaba que la localización condicionara en todo lo posible, que allá donde ocurriera, ocurriera de verdad y se empapara mucho del sitio. El Hierro es un sitio muy particular, una isla muy pequeña y muy aislada donde ellos hablan de doble insularidad. Una cosa que nos pareció muy llamativa, es que a diferencia de lo que puede ser para nosotros el mar, la costa, que comunica y abre, allí la isla vivió siempre de espaldas al mar. El mar es un elemento hostil, no hay puertos ni playas naturales. Entonces, más bien, el ambiente en la isla se parecería a zonas remotas de montañas, que es algo que uno no imagina cuando piensa en Canarias y en las islas. Es un sitio con su propia manera de funcionar, una comunidad que a lo largo de los siglos ha vivido su propio cuento. 

- Entiendo que la historia de una jueza que destinan a un destino remoto estaba desde un principio.

- Sí, sí. Absolutamente. Digamos que lo que fue el diseño básico de la serie ha permanecido a lo largo de todo el proceso, que era efectivamente que a una jueza la mandan a un mal destino, donde la investigación y el peso del crimen cayese en la jueza, porque por oficio le toca. Pero que también recayera, de alguna manera, en quien es el considerado principal sospechoso por parte de todo el mundo, que está interesado en demostrar que él no ha sido. Y eso siempre estuvo ahí, algo que ha permanecido durante todo el tiempo. 

- En «Hierro», el principal sospecho tiene una platanera, un invernadero. Si la historia se hubiese rodado en Galicia, ¿a qué se dedicaría?

- Yo creo recordar que era patrón de pesca. Al final empiezan a cambiar un montón de cosas. Entre otras, hay un elemento que es muy importante, que es la cultura isleña. Ellos tienen una procesión, la bajada de la virgen, que es cada cuatro años y para ellos es muy especial. Yo no he visto nada tan potente; creo que es más potente que el Rocío, o un montón de celebraciones que podemos tener nosotros aquí. Allí la vida se organiza en base a la bajada; la gente cuenta su vida por las bajadas, yo me casé hace tantas bajadas, compré el coche e hice la casa hace tantas bajadas... Entonces nosotros pudimos convertir la bajada en un elemento estructural muy importante de la historia. Nos ayudó a acabar de armar la historia y llevar el clímax de la isla, que es que se celebre la bajada. 

- ¿Se recreó la bajada?

- No, nosotros pudimos rodarla. Ahora acaba de ser lo que ellos llaman el ecuador, es decir, queda tanto tiempo para la nueva como para la anterior. La última fue en el año 2017 y nosotros estábamos en el proceso de preparar la serie. Yo creo recordar que no estaba del todo cerrado que fuese a producirse, pero todo apuntaba a que sí. Mandamos a un equipo pequeño a rodar la bajada, porque si no no lo tendríamos. Desde luego, lo que no sería planteable, aunque la serie tuviese un buen presupuesto, es recrear la bajada. Ahí tuvo mucho mérito el trabajo que hizo Jorge y el director de fotografía. A partir del material que rodamos en la bajada real, pudieron reconstruir los contraplanos. Y yo creo que eso quedó bien, fluye muy bien y no hay ningún salto del plano documental al plano ficticio. 

- ¿Cuándo se grabó la serie?

- El rodaje empezó en mayo y llegó hasta agosto. Fueron cuatro meses

- En la serie resalta el uso de drones, algo que no se ve en series nuevas de Movistar+ como «El embarcadero». Los planos de la montaña tienen una fuerza especial.

- El dron era un recurso que caía un poco de cajón. Pensando en que la isla visualmente tiene tanta potencia, nos interesaba estar mostrando permanentemente dónde ocurrían las cosas. Y había una justificación narrativa para nosotros, pues el punto de vista principal de la serie es de alguien que viene de fuera y está descubriendo un sitio. Eso era lo que a nosotros nos permitía estar mostrando lo especial que era la isla y lo mucho que iba a condicionar. 

- La estética de «Hierro» es muy original. Los planos de los acantilados recuerdan a la serie británica «Broadchurch».

- Desde un punto de vista visual, hay muchos posibles referentes pero no hay ninguno concreto. Es decir, sí había una película que Jorge tenía en la cabeza y que comentaba mucho, que era «Comanchería». Una película ambientada en México, una especie de western. Visualmente sí que estaba la idea de jugar con una serie donde la sombra iba pudiéndole más a la luz. Ahí hay un cierto viaje. 

- El ambiente húmedo alude en cierta medida a la primera temporada de la serie «True Detective» T

- Hay una expresión que me pareció muy simpática que era A crime with a view. Esto significa que sea una historia de crímenes en un lugar que tiene carácter. Claramente «Hierro» hace eso. Y eso se parece a ochocientas series. Hay un montón de series donde el elemento del escenario es un ingrediente que le aporta carácter a la historia. Y creo que eso está muy bien. Veníamos de unos años donde se buscaba que la ficción televisiva se pudiese realizar en cualquier sitio. Es más divertido lo contrario, lo de que estemos en un sitio y aprovechemos lo que ese lugar nos puede ofrecer para caracterizar la historia. 

- La confianza en el equipo gallego de producción, ¿viene por Jorge?

- La cosa es que la producción es gallega al máximo. Es un trabajo en el que hay un elemento básico, que es Alfonso Blanco, Fosco, con el que yo trabajo habitualmente y Jorge también. El proyecto lo generamos ahí, en el corazón de la historia estamos nosotros tres. Trabajamos con una productora gallega que si no es por la experiencia adquirida haciendo ficción sería impensable. Y un montón de trabajos los hicimos con gente de aquí, porque es buena. Una de las primeras decisiones que tomamos es que sería una serie con un solo director para todos los episodios. Y a partir de ahí, a la hora de configurar los equipos tampoco se trataba de ver de dónde venía cada uno, si no que cada uno fuese la persona idónea. Hay mucha gente gallega porque los conocíamos y porque sería bueno para la serie contar con ellos.