Los agentes lo interceptaron poco después de las nueve de la mañana y casi cuadruplicaba la tasa máxima de alcohol permitida al volante
11 jun 2019 . Actualizado a las 20:32 h.A sus 49 años, Francisco R. L. acumula ya tres condenas por delitos contra la seguridad vial, todas originadas en circular tras haber bebido demasiado alcohol, y podría en breve sumar una nueva a su historial penal. Este mismo martes el hombre se sentó de nuevo en el banquillo de los acusados, en este caso del Juzgado de lo Penal 2 de la capital ourensana, para responder por el delito contra la seguridad del tráfico que le imputa el ministerio fiscal, quien a la vista de su expediente reclama medidas de prisión, así como la retirada del permiso de conducir de forma permanente.
Los hechos que dieron lugar a este proceso tuvieron lugar el pasado 26 de abril. Poco después de las nueve de la mañana el acusado fue interceptado en la N-525, en Xinzo de Limia, por agentes de la Guardia Civil. Al percatarse de su «merma de facultades» por una posible intoxicación etílica, los agentes de la Guardia Civil le realizaron la prueba de alcoholemia, en la que arrojó un resultado positivo, con una tasa de 0,86, muy por encima de los 0,25 permitidos por la legislación. En una segunda prueba, realizada media hora después, la tasa era de 0,77. Dieron constancia los agentes de que el conductor presentaba síntomas que denotaban su embriaguez, como movimiento oscilante y pupilas dilatadas.
Se da la circunstancia de que ese incidente tuvo lugar apenas unos meses después de que le fuese impuesta al sospechoso la tercera condena por circular bajo la influencia de bebidas alcohólicas. En aquella ocasión se le impuso una pena de multa y la privación del permiso durante dos años. Anteriormente Francisco R. L. había sido condenado por los mismos hechos en dos ocasiones, en 2006 y 2018. Esta última condena estaba vigente el 26 de abril y suponía que el acusado no podía conducir. Por ello se le acusa también de delito contra la seguridad vial.