El compromiso protagoniza el 8M

María Doallo Freire
maría doallo OURENSE

OURENSE

«Si pido una caña en un bar quiero que me la sirvan a mí y no a mi amigo»

09 mar 2019 . Actualizado a las 13:11 h.

Profesoras, autónomas o funcionarias, hijas, madres y abuelas, solteras, casadas y pluriamorosas, todas de morado y en torno a las mismas expectativas. El Día de la Mujer culminaba, tanto por la mañana como por la tarde, con concentraciones multitudinarias de mujeres completamente únicas y diferentes, pero con un objetivo común: concienciar y demostrar la situación de desigualdad que todavía está presente en la actualidad.

«Encher a cidade de ruído feminista», así lo vitoreaba una de las organizadoras de la cita, miembro del movimiento gallego asociado a la Marcha Mundial das Mulleres, durante el discurso pronunciado por la mañana en la Praza Maior. Gritos, cánticos y reivindicación eran los protagonistas en una concentración cargada de mujeres comprometidas en la lucha por la igualdad en todos los aspectos de la vida diaria, algo que, desgraciadamente, todavía no se respeta ni se fomenta hasta el punto de que es necesario seguir matizándolo.

Los centenares de mujeres que abarrotaron las calles durante más de hora y media en cada una de las dos manifestaciones, aunaron sus esfuerzos a la hora de recordar situaciones simples, pequeñas, cotidianas en las que está presente la discriminación sexista, pasando incluso, las más de las veces, desapercibida. «Quen se sentiu invisible mentres explicaban ao compañeiro os problemas que tiña o teu coche? Quen sufriu a un descoñecido axudándolle a aparcar? Quen escoitou opinións que non pediu sobre o seu corpo? Quen tivo que tornar a casa máis cedo co seu irmán menor?», son solo algunos de los ejemplos que se repetían por los altavoces a los que la muchedumbre contestada «Eu» de forma clara y tajante.

Pero hay más casos, y más específicos. «No sé porqué si pido una caña en un bar, tienden a servírsela a mi amigo», explicaba Celia Garrido, profesora que acudía con varias compañeras del CEIP Irmáns Villar -más del 50 % del personal de centros de enseñanza públicos secundó la huelga-. «Cheguei a sentir alivio porque detrás de min, pola noite, fose unha muller e non un home», dice Belén González. También Ana Rodríguez, trabajadora de Cruz Roja, que acudió con su hija pequeña, cuenta parte de los problemas que sigue viendo crecer en las generaciones actuales: «Mi hija todavía hace distinción entre lo que son ‘cosas de niñas’ y ‘cosas de niños’, y esto tiene que cambiar».