Este domingo se celebra en Santiago de Compostela una manifestación en defensa de la sanidad pública gallega. A ella, como es previsible, no asistirán dirigentes del PP. Ya tienen otros planes, como por ejemplo arropar a Pablo Casado, Albert Rivera y Santiago Abascal en su protesta convocada en Madrid en defensa de la unidad de España.
Aunque muchos miembros del Partido Popular en Ourense comparten su preocupación por los problemas que acumula la sanidad pública, puede llegar a entenderse que no salgan a la calle para criticar algo que es responsabilidad de un gobierno amigo. En todo caso, si este domingo aparecen por Madrid dirigentes del PP en la provincia para protestar nada menos que por le hecho de que el Gobierno socialista haya aceptado la figura del relator en las negociaciones sobre Cataluña, sería de traca.
Hay muchos problemas por los que salir a manifestarse y que realmente afectan a los ourensanos, pero es más fácil -supongo- envolverse en la bandera rojigualda que afrontar el triste destino que le espera a Ourense. Mientras los políticos ourensanos pierden el tiempo haciendo seguidismo de los argumentarios estatales de sus partidos, esta provincia está en desalojo, casi con orden de derribo por abandono.
Pues nada, los que vayan a Madrid, que se lo pasen bien, que retuiteen muchas fotos con las banderitas y que griten consignas súperchulis contra el Gobierno central. A la vuelta seguirá Ourense con los mismos problemas que había cuando se fueron a la capi de mani.