Es sorprendente que hayamos podido sobrevivir tantos años sin que la Diputación de Ourense tenga planos a escala para poder dibujar las carreteras provinciales. Lo dice así de claro un informe técnico incorporado a un expediente de aprobación, modificación y actualización de esas vías. Utilizamos un croquis, admite el técnico que suscribe el informe. Si nos atenemos a la definición de croquis, la institución provincial emplea un esbozo rápido y esquemático, es decir, un diseño que se hace a ojo y sin valerse de instrumentos geométricos. Milimétrico, vaya lo propio para ese espejismo que llaman smart province, quizás porque así disimula un poco y no da la risa como si abiertamente hablaran de «provincia inteligente». Uno va, un suponer, a un congreso en Brasil y se viene arriba para contar que Ourense es como California, con una concentración de sabiduría ahí ahí con Silicon Valley. O decir que lo contó, que esa es otra historia. Es como la película de los huevos y la industria del pollo en Turquía, claramente a la altura. De vuelta al mismo informe sobre algo tan terrenal como las carreteras, sin entrar aquí a valorar su estado y conservación, para no liarla aún más, aparece en el escrito no solo la necesidad de una cartografía de la provincia, sino la conveniencia de completar el inventario digital de la red provincial, hoy limitado a una tercera parte y con datos del 2009. Sería, se añade, especialmente útil para los servicios de emergencias, señaladamente el 112 Galicia, de gran ayuda para una pronta atención médica en caso de accidentes. Para qué, dirán los que deciden. Si total la provincia corre veloz hacia el vacío... ¡Eso sí es smart!