Una prueba de resistencia

Miguel Ascón Belver
Miguel Ascón A LA CAÍDA

OURENSE

29 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Esta semana aproveché un día libre para visitar Lugo. Hacía tiempo que no iba, pero sabía del mal estado de la carretera por las informaciones periodísticas y por alguna que otra reivindicación política. Sin embargo, lo que me encontré me sorprendió. En algunos tramos no es que haya baches, es que son en sí mismos un gran bache. Un vial de titularidad estatal como este no puede estar así porque que conecta dos capitales de provincia y porque no existe una alternativa (a este paso la A-56 no la verán ni nuestros nietos). Los coches sufren y, lo que es peor aún, se pone en peligro la seguridad de los usuarios de la vía.

Si la presunta apuesta de la Administración por el interior no fuese en realidad un mero eslogan, esto no podría pasar. Ourense y Lugo están conectadas por una carretera que parece tercermundista, que bien podría llevar a una aldea de veinte habitantes, pero que en realidad da servicio (si es que se puede decir de ese modo) a los decenas de miles de vecinos ourensanos y lucenses. Tan sorprendente es la situación, tan absolutamente insostenible es el estado de esa carretera, que a uno ya solo le queda pensar que esta es una prueba de resistencia a la que la Administración está sometiendo al ciudadano. Están comprobando hasta qué punto pueden aguantar sin cortar la carretera o sin tomar alguna otra medida de presión para conseguir que este vial sea digno. Porque tal y como está ahora es indigno. No se puede decir que se apuesta por el interior y después someter a las provincias de Lugo y Ourense a un menosprecio tan evidente como este.