Sin entrar a analizar el porcentaje de quienes hicieron huelga todo el día, de quienes pararon dos horas o de quienes no quisieron (o no pudieron) faltar al trabajo, parece claro que la movilización feminista de ayer fue un éxito. Las protestas a las que asistieron miles de mujeres ourensanas que, de un modo u otro, secundaron la convocatoria deberían hacer reflexionar a la sociedad. Está claro que ya no valen consignas manidas ni campañas promocionales que digan lo grandes que son las mujeres, si no medidas que caminen hacia la igualdad real. A partir de hoy ya nada puede ser igual.
No sirven meras declaraciones institucionales como la que aprobó recientemente la Diputación. La entidad provincial acordó, por unanimidad, animar a los ourensanos a participar en las protestas convocadas ayer, pero debe ser que los miembros del PP son murcianos porque no parecen haberse dado por aludidos. Todas las dirigentes populares consultadas esta semana por La Voz de Galicia dijeron que no secundarían la huelga y, en lugar de seguir las directrices marcadas desde Ourense, se apuntaron al argumento de que trabajando podían aportar más. De ahí, a la ocurrencia de la «huelga a la japonesa» que propuso la ministra Tejerina, solo hay un paso.
Y es que, en la misma provincia en la que se acordó por unanimidad apoyar la huelga (en la Diputación fue secundada por un 0,38 % de sus trabajadores), hay cargos que hacen declaraciones tan llamativas en contra de la misma que acaban retratados en horario de máxima audiencia por humoristas madrileños.