Ya es agosto en Ourense. Imposible no darse cuenta si uno sigue con interés la actualidad local. Ya se llenan los montes ourensanos de nubes negras. Como cada año los incendiarios campan a sus anchas en un escenario marcado por la conmoción generalizada del momento y el olvido, también generalizado, del resto del año. Y es que a los montes ourensanos solo se mira cuando arden y ahí ya es tarde para casi todo. Uno también sabe que ya es agosto cuando en las portadas aparece un pequeño pueblo de la comarca de O Ribeiro, que se convierte en el centro de la jet set por unos días. Sí, este año tocó partida de dominó del multimillonario Carlos Slim, que volvió a hacer parada y fonda en casa de la familia Vázquez Raña. Ahí se juntó con los paisanos, como uno más, para echar la partida y dejarse hacer la foto que los reporteros buscaban como agua de mayo. No lo duden, que esa imagen traspasó más fronteras de las que lo han hecho la mayoría de las campañas turísticas de la ciudad y de la provincia. Ese retrato, más allá de mostrar que a Slim a campechano no le gana nadie, traslada al mundo una imagen de Ourense que poco tiene que ver con la Provincia Inteligente (Smart Province) que algunos nos quieren vender. Y es que en nuestros ayuntamientos hay más de mayores jugando al dominó que de jóvenes utilizando las nuevas tecnologías. Menos mal que también es agosto para que proliferen las fiestas gastronómicas y todos podamos desconectar de una actualidad que, al igual que los montes ourensanos, en muchas ocasiones se tiñe de negro. Luego llegará septiembre, pero esa ya es otra historia.