Moda para romper barreras

Fina Ulloa
fina Ulloa OURENSE / LA VOZ

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Santi M. Amil

Tres modelos en silla de ruedas desfilaron para la firma gallega Matildas

26 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

El salón del Liceo de Ourense era ayer un hervidero de actividad desde primera hora de la tarde. Unos colocaban cortinas, otros alineaban sillas entorno a una larga alfombra rosa, alguien probaba focos y micros... En medio de ese trajín, un constante entrar y salir de los modelos del desfile organizado por la firma Matildas para mostrar en la capital ourensana la última colección de trajes de novia y ceremonia diseñados por Fina Seoane.

Entre las 29 personas, de todas las edades, que se habituaban al escenario, tres se movían en silla de ruedas: Cristina, José Manuel y Alicia. Ellos son la punta de lanza de una de las cruzada personales de esta diseñadora coruñesa que ha sido la primera en incorporar a las pasarelas a modelos no caminantes. «No consiento bajo ningún concepto que se les llame discapacitados o minusválidos; de hecho son más válidos que muchas otras personas. Si alguien que no puede oír es una persona sorda y alguien que no puede ver es una persona ciega, alguien que no puede andar es una persona no caminante; y por lo demás son completamente normales», sentencia Fina Seoane.

José Manuel, Alicia y Cristina soportan la curiosidad que despierta su presencia en la pasarela en aras de esa normalidad que, en su caso, tienen más que demostrada en su vida. Cristina Márquez Pérez es ourensana de nacimiento pero vive en Sanxenxo. «Cuando me preguntaron si quería hacer de modelo, la idea me encantó porque siempre me ha gustado esto y de hecho subí por primera vez a una cuando solo tenía 15 años», recuerda. Poco después, con 17, una mala caída la unió para siempre a su silla de ruedas. Esa circunstancia no le ha impedido hacer una vida autónoma.

«Soy madre, llevo mi casa como cualquiera, conduzco..., soy completamente independiente; pero es cierto que volver a la pasarela es algo que no pensé que haría», reflexiona. Ahora está estudiando y su idea es dedicarse también al mundo del diseño. Le gustaría compaginar la formación con el trabajo pero sabe que no lo tendrá fácil. «La gente va de moderna y en realidad es muy cerrada. No concibe todo lo que podemos hacer. Si vas a buscar un trabajo, antes de saber lo que puedes o no puedes desarrollar, te cierran puertas», lamenta Cristina.

José Manuel Barroso tiene 30 años, es diseñador de joyas y el único modelo masculino en silla de ruedas sobre la pasarela. Curiosamente fue el más reticente a aceptar la propuesta de Fina Seoane -su madre- para desfilar.

«Mi problema era que no quería diferencias o distinciones, ni positivas ni negativas; le planteé que o era todo igual para los que caminaban y para los que no, o yo no entraba. Lo único que quería y quiero, en todo en mi vida, es la normalidad», dice. Además de trabajar en su taller, José Manuel practica varios deportes, acude regularmente al gimnasio, conduce y comparte todas las tareas del hogar con su pareja: «Limpiamos a medias, cocinamos a medias, planchamos a medias; seguramente soy capaz de hacer más que mucha gente», asevera. José Manuel reconoce que no le gusta demasiado que le miren «con lástima», pero entiende que «en realidad hay mucho desconocimiento sobre cómo vivimos».

La tercera modelo no caminante es Alicia Tacón Conde, que ayer fue de las primeras en llegar desde la peluquería. La acompañaban sus hijas, Laura y Silvia. «Empezar nesto empecei eu; despois animei a Silvia e desta vez tamén a Laura», señala esta comerciante de Catoira que, a sus 40 años, está entusiasmada con la propuesta de Fina Seoane. Su ilusión no está relacionada con la movilidad. Es una cuestión de tallas. Cuando la diseñadora se puso en contacto con ella por primera vez para ofrecerle participar «só se me ocorreu dicirlle que eu non era 90-60-90. Encántame que con estas cousas lle ensinemos aos demais que tamén podemos; porque normalmente só collen modelos que parecen sirenitas», apunta. Y es que esa es la segunda cruzada de Fina Seoane: «Diseñar para gente de verdad; para gente normal». En sus propuestas hay modelos hasta la XXL.