Cuando la solidaridad es vida

OURENSE

Miguel Villar

La familia de Víctor, de cinco años, busca tapones para curarle

07 sep 2013 . Actualizado a las 07:20 h.

Víctor no ha empezado con muy buen pie en la vida. De hecho llegó con vuelta de cordón umbilical lo que le ha dejado un pequeño soplo en el corazón. Pero esto es lo que menos preocupa en estos momentos a su familia. Su verdadero calvario comenzó a los cinco meses. Dejó de crecer y tras muchas pruebas y descartes de otras enfermedades, los médicos acabaron diagnosticándole déficit de la hormona de crecimiento.

Este problema, que puede tener naturaleza congénita o adquirida y afecta a la reproducción celular, impide el desarrollo normal a nivel físico ?ni crece ni coge peso como debería?, pero también cognitivo. Con tres años Víctor era incapaz de levantarse si ayuda del suelo o de hablar, y hasta hace menos de un año no podía subir escaleras ni correr o jugar en el parque.

A pesar del diagnóstico, que se produjo con dos años, desde el servicio público de salud no acaban de autorizar el tratamiento, así que, teniendo en cuenta que todos los especialistas recomiendan comenzar cuanto antes, sus padres, Rosa y Fernando, decidieron iniciarlo a través de una clínica privada de Santiago.

Comenzaron en febrero y en solo dos meses el niño creció cinco centímetros y ganó medio kilo. Pero el tratamiento, a base de inyectables que hay que ponerle cinco días por semana, el jarabe que debe tomar y las analíticas periódicas ?el médico les ha permitido que se las envíen en lugar de trasladarse tan frecuentemente para evitarles gastos?, cuestan mil euros por trimestre. Algo imposible de asumir por Rosa y Fernando. Ella trabaja en una peluquería y él lleva años en paro y ya no cobra ni la ayuda familiar.

Agradecimiento a Coren

«Estábamos desesperados, no sabíamos qué hacer ni dónde buscar ayuda, pero una amiga que trabaja en Coren nos puso en contacto con su fundación y ellos consiguieron además que la Fundación Seur incluyese a Víctor en la campaña Tapones para una nueva vida, relata Rosa». «Estamos muy agradecidos a Coren, a Seur y especialmente a toda la gente que está colaborando para conseguir esos tapones» dicen los padres. Necesitan reunir 30 toneladas por las que recibirán 6.000 euros.

Hoy Victor sigue teniendo retraso en su desarrollo, pero es capaz de jugar, de subir escaleras y hasta de hilar pequeñas frases. «En nueve meses no parece el mismo niño», reconocen sus padres que saben que el tratamiento tendrá que seguir al menos hasta los 14 años.