Agarrados al poder como náufrago a su tablón

José Manuel Rubín SIETE DÍAS, SIETE VOCES

OURENSE

19 may 2013 . Actualizado a las 16:11 h.

Cómo pasa el tiempo! La Voz se ocupaba ayer del paso del ecuador de los concellos gallegos. Parece que fue ayer cuando Ourense reeditaba el bipartito. El batacazo, inolvidable, del PP, había propiciado la continuidad de un gobierno a pesar del batacazo, inolvidable, del BNG. La democracia había dictado sentencia y los 27.042 votos de PSOE y BNG superaron los 26.093 votos de una hipotética unión PP-DO. ¿Qué queda del mayo del 2011? El alcalde de las urnas, Paco Rodríguez, sufre en sus carnes la bendita irrupción de la justicia en la bacanal de corrupción que vivió España durante décadas. Un día una detención, otro una dimisión, al siguiente un registro y así un rosario de incógnitas que acabaron con el futuro político del regidor socialista español de mayor respaldo. El BNG apenas es reconocible. Las tres caras visibles salidas de las elecciones fueron sustituidas por unos figurantes que, sin gobernar, votan con un PSOE minoritario. El PP, levitando a la espera de la gran esperanza blanca. Y DO poniendo con sus denuncias patas arriba un concello donde el amiguismo y el trinque habían montado sus tiendas con responsables de distintos colores. Del gobierno de Ourense, liderado por el alcalde salido de las componendas socialistas, tan sólo se puede decir que se dedicó a llorar penas y lamerse heridas. Baste decir que, por segundo año consecutivo, es incapaz de presentar los presupuestos en tiempo y forma. «¿Teniendo que dedicar tanta energía a sobrevivir, tendrán tiempo para gobernar?», se preguntaba Ruth Nóvoa. La realidad dice que todas las fuerzas les hacen falta para asirse al poder (¡nueve dedicaciones exclusivas!) como náufrago a su tablón.

Nombres propios Tres destacaron entre los muchos que fueron protagonistas de la semana. José Manuel Freire Couto, alcalde de Barbadás y diputado provincial. Abandonó los 68.500 euros que cobraba en el Inorde. Eran sueldos que venían de los tiempos de vino y rosas en los que no se elegían personas para rentabilizar organismos sino que se elegían sueldos para primar a personas por figurar en organismos prescindibles. Horacio Fernández Presas, alma mater de la nueva vitivinicultura gallega, fue despedido ayer en su O Barco de adopción. Fue el apóstol de la calidad del vino. Sus estudios sobre godello y mencía abrieron un camino que después siguieron las demás denominaciones de origen de Galicia. Se fue para siempre un pionero de la viticultura pero se fue sobre todo, ¡ay dolor!, un gran caballero. Xosé Carlos Fernández, ingeniero ourensano, un Quijote del siglo XXI, un estudioso del tren. En el Liceo dictó una conferencia que desnudó, con datos técnicos, las ínfulas de grandeza de los políticos locales empeñados en gastar el dinero que no hay (74 millones de euros) para poner en la estación una placa de Norman Foster y sentenciar así, por el capricho (¿o es algo más?) de unos pocos, el futuro de todos.