«Prefiero el contacto real al de Internet»

Fina Ulloa
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LOLITA VÁZQUEZ

El proyecto de fin de carrera de Daniel Fernández Núñez fue premiado por el Colegio de Ingenieros Informáticos

06 ago 2012 . Actualizado a las 13:25 h.

Mientras otros niños soñaban con ser futbolistas él ya sorprendía en casa asegurando que quería ser científico. Reconoce que destripó muchos juguetes para intentar descubrir cómo funcionaban. Aunque dudó entre la ingeniería de telecomunicaciones y la de informática, al final optó por lo segundo. Su proyecto de fin de carrera -una aplicación para mejorar las comunicaciones en las transacciones del mercado bursátil- no sólo logró un diez, sino que fue premiado por el Colexio Profesional de Enxeñaría Informática de Galicia y le ha abierto las puertas a su primer trabajo como investigador en un proyecto de transferencia de tecnología en la Universidad de A Coruña. Paralelamente prepara un máster de Computación de Altas Prestaciones.

-¿Se considera un bicho raro por ser un cerebrito?

-Eso es parte de la imagen que ofrece el cine de los investigadores, pero no es real. Yo me considero un chico muy normal, que me gustan las mismas cosas que a cualquiera; me gusta salir y divertirme.

-¿Cuanto tiempo le dedica al día las redes sociales?

-La verdad es que tengo cuenta en todo, pero las uso poco.

-¿Por qué?

-Nunca he sido muy de redes sociales, prefiero el contacto real al de Internet. Aunque parezca extraño que lo diga alguien como yo, centrar las relaciones sociales en Internet me parece un poco antinatural.

-¿El científico nace o se hace?

-No lo se, pero yo creo que igual si hay algo que ya naces con ello porque veo que muchos de mis compañeros son igual que yo en esto. Es una especie de curiosidad incansable, extrema por temas relacionados con la ciencia.

-¿Por qué dice que no tiene madera de Jobs o Gates?

-Porque ellos tienen un perfil más emprendedor, tienen un tipo de valentía que yo no tengo. Yo soy una persona a la que le cuestan los cambios y el riesgo. Soy, digamos, más conservador, me encuentro cómodo en la investigación.

-¿No se lanzaría a una aventura empresarial si tuviera la posibilidad?

-No es que lo descarteo, pero sé que lo tendría que ver muy claro para lanzarme.

-Su actual contrato tiene fecha de vencimiento a finales del 2013 ¿cómo se plantea el futuro?

-Lo que me gustaría es seguir investigando, pero si ya nunca se invirtió mucho en investigación, ahora menos. Me gustaría preparar también el doctorado, pero en principio, mi vocación no es la docencia.

-¿Se ve haciendo las maletas hacia Silicon Valley?

-Casi preferiría otros destinos. Si tuviera que irme, mi primera opción sería Europa por cercanía cultural. Preferiría Inglaterra, Alemania o Suecia, pero tampoco me importaría ir a Estados Unidos. Allí las empresas se dejan mucho dinero en investigación, aunque es cierto que trabajas con más presión porque se busca un resultado económico de lo que haces más inmediato que cuando trabajas para otro tipo de entidades en las que lo importante es avanzar en el conocimiento, porque aunque tú no llegues a los resultados que buscas, tu trabajo es siempre un peldaño más para otros.

-¿Qué está mejor pagado, lo privado o lo público?

-De lejos, lo privado. Nosotros en este primer trabajo rozamos el mileurismo, pero me da para vivir y no me quejo, tal cual están las cosas.