La Bomba marca el camino

j. m. fernández REDACCIÓN / LA VOZ

OURENSE

Navarro, héroe frente a Eslovenia, superará hoy a Margall como el tercer jugador español con más internacionalidades

16 sep 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

«Es muy agradable. Te ve antes del partido, te saluda, te sonríe como un amigo y luego te mata con 26 puntos». Boza Maljkovic lo apuntó en español, serbio e inglés. Para que quedara claro. Se refería a Juan Carlos Navarro, la Bomba, el capitán de la selección que se ha colado por séptima vez consecutiva -él ha estado presente en las seis últimas- en una semifinal de un Europeo, algo que solo ha estado a la altura de las antiguas URSS y Yugoslavia. Pocos minutos antes, Navarro había acribillado con saña el aro de Eslovenia en diez minutos para el recuerdo del baloncesto español o la pesadilla del esloveno.

A rebufo de Brabender

El partido sirvió además para que Navarro igualara al Matraco Margall como el cuarto jugador con más internacionalidades de la historia del baloncesto español. Hoy, con 188, lo superará para colocarse a rebufo del mítico Wayne Brabender (190). Más lejos le quedan Epi (239) y Buscató (222). No es un listón imposible, bastará con su presencia en los Juegos del próximo año, el Europeo de Eslovenia (2013) y los correspondientes partidos de preparación.

Hace unos días, en una entrevista a La Voz, no ocultaba que alguna vez ya había pensado en la posibilidad de que los Juegos de Londres podrían ser una buena oportunidad para dejar la selección. «Podrían marcar un punto de inflexión, porque llevo muchos años en la selección, pero habrá que verlo cuando llegue el momento».

Con apenas 20 años (nació el 13 de junio de 1980) debutó con la selección absoluta en el verano del 2000, frente a Lituania. Un año antes había conquistado el primer oro del baloncesto masculino español en una gran cita, al ganar el Mundial júnior en compañía de Pau Gasol, Felipe Reyes o Raúl López. Desde entonces, no se ha perdido ni una sola cita de la selección, incluidas las del oro en el Mundial de Japón (2006) y la plata olímpica (Pekín 2008). Como capitán, fue el encargado de recoger el trofeo de campeón de Europa del 2009, un título que ahora pretende renovar. Y por el momento, a Navarro no se le ha acabado la cuerda. Lo demostró frente a Eslovenia, cuando entró en ebullición tras una fea acción de Dragic sobre Calderón. Era su papel, para eso es el capitán, algo que demuestra más con hechos que con palabras. «Son situaciones que me ponen muy nervioso. Le ha metido el pie cuando ha tirado. Son cosas que se hacen en caliente, no para hacer daño, pero no me gustan».

Frente a Croacia, 36 puntos

Diecisiete puntos en un cuarto no son un alarde habitual, pero la capacidad dañina de Navarro va mucho más allá de los 26 puntos aportados contra Eslovenia. Con la selección, también en unos cuartos de final de un Eurobasket (Serbia) tocó el cielo el 23 de septiembre del 2005. Croacia fue su víctima. Aquella estadística reflejó 36 puntos del escolta de San Feliú. Seis días antes le había marcado otros 35 a Letonia.

Un ganador nato como él habla en nombre del grupo. Galones de capitán en ristre. «Hemos cumplido un objetivo, que es asegurar el preolímpico. Vamos a por el siguiente, que es la plaza directa y ojalá lleguemos al máximo, ganar el campeonato». Un premio mayor para un jugador al que en su historial solo le falta el anillo de la NBA -jugó un año en Memphis- y el oro olímpico. Tiempo al tiempo.