l alcalde de Ourense ha decidido cambiar el sistema de retribución de los grupos municipales. No lo hizo con un criterio de ahorro acorde con la crisis y sí con la intención de marginar a los grupos minoritarios. En el 2007, cuando llegó al poder, se le asignó a cada uno de los tres partidos, PP, PSOE y BNG, 4.000 euros mensuales y 200 por concejal. Ahora que se incorporó uno nuevo, Democracia Ourensana, se cambia el sistema. Se le restan 3.500 euros a la asignación de cada partido y se aumenta en 300 la de los ediles con lo que los mayoritarios siguen cobrando lo mismo pero no así los minoritarios. Es opinable que haya que abonar estos dividendos pero lo que parece fuera de duda es que los criterios no deben mudar para perjudicar a un tercero, en este caso el grupo de Gonzalo Jácome (DO). Pero no es el único afectado. También el BNG, con el cambio de fórmula, pierde 2.600 euros mensuales. Y aquí aparece la incógnita: ¿Por qué los nacionalistas, que tienen la llave del concello, se pliegan a este cambio de criterio y no defienden el anterior? Su sumisión al PSOE les lleva a abrir la puerta a que los ciudadanos puedan pensar que no es lo mismo perder 2.600 euros cuando se gobierna, como ellos, que cuando se está en la oposición, como DO. Teniendo los nacionalistas la losa del asunto judicial que provocó la división del BNG, proyectar hacia el futuro sombras de índole económica no parece la mejor de las políticas posibles.
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