Hay frases para la historia que retratan a sus autores y al mundo sumiso que les tocó vivir. Ahí está la inolvidable del actual presidente del PP, Baltar Blanco: «Haré lo que diga mi padre». Y lo cumplió. Incluso a riesgo de dividir al Partido Popular. Ahora, con ocasión de las municipales, surgen nuevas frases que demuestran que la sumisión no es patrimonio de la derecha sino de la actual clase política. El PSOE presentó su lista al Concello de Ourense y dos de sus integrantes no ocultan lo que harán con el voto de los ourensanos. «Estoy a disposición del PSOE y haré lo que me pidan», dice la candidata Susana Bayo. «Yo estoy al servicio del alcalde», rubrica la edila Ana Garrido. De Ourense, de sus vecinos, de sus necesidades, de sus prioridades, de sus inquietudes, nada de nada. Ni una palabra. Ellas están ahí para hacer lo que les mande el partido. Hay sumisiones que hacen chirriar el sentido democrático del servicio público. Antes se optaba a los puestos para cambiar la sociedad. Hoy, para complacer al jefe aunque la sociedad, como es el caso de la ourensana, viaje hacia la nada. Los ciudadanos son las grandes perjudicados. No tienen a nadie que diga: «Estoy aquí para defender los intereses de mis vecinos. Y el día que mi partido o mi líder no me lo permita, me voy o lo echo». Los vecinos están para votar y pagar. Que la política ahora es sinónimo de jugoso puesto de trabajo y la mejor arma para defenderlo es la docilidad.