Reconstruyendo Melón

Jesús Manuel García OURENSE/LA VOZ.

OURENSE

11 jul 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Las consecuencias del terremoto de Lisboa del 1 de noviembre de 1755, no solo fueron físicas sino culturales en la Europa de la Ilustración. El desastre minó el optimismo reinante en aquellos tiempos motivando la reflexión de Kant y algún poema de Voltaire, entre oros. Mientras Lisboa se destruía, en Melón los cistercienses abandonaron el coro alto de la iglesia a toda prisa. Hubo 12 réplicas, dice el investigador Domingo González. En el siglo XIX un rayo, un fuerte temporal y los efectos de la Desamortización hicieron el resto. Melón acabó siendo una ruina con una iglesia mutilada.

«Es una obra especial, está en un momento interesante y se está haciendo muy bien», dice el profesor Santiago Huerta, de la Politécnica de Madrid. En efecto, el monasterio es estos días un gigantesco rompecabezas a montar en la medida de lo posible. Y un libro abierto de arquitectura fascinante. Su cronología como edificio va desde el siglo XII al XIX, inicio de su decadencia.

El proyecto incluye la consolidación estructural de la ruina para adecuarla a la visita cultural. Van a reconstruir el muro de cerramiento en el recinto de acceso, limpiar el claustro reglar, clasificar y consolidar la arquería retirando apeos. Lo mismo se prevé en la zona de servicios y en el torreón; también la sala capitular hay que limpiarla, clasificarla y consolidarla; reconstruir el muro del templo y eliminar apeos metálicos de la bodega.

En el claustro de la Hospedería están reconstruyendo la panda oeste, se actúa sobre la fachada de dicho claustro y en la crujía norte eliminaron una escalera externa añadida. En las caballerizas y en las habitaciones de huéspedes limpian y consolidan estancias. En ambos claustros pondrán pasarelas visitables en la planta de acceso y primer piso. Los restos de sillerías serán musealizados.

El claustro de la Hospedería, del XVI, fue el espacio abierto al mundo exterior. Más amplio que el de Montederramo y menor que el de San Clodio, está ruinoso. El ala norte cayó en 1900; la segunda crujía lo hizo entre 1960-1970 y la oeste colapsó en 2003. Su autor fue Bartolomé de Hermosa, dice Begoña Fernández en su guía publicada por el Grupo Marcelo Macías. En el claustro reglar, paralelo al templo, se reconstruyó un tramo de la bóveda de crucería con terceletes, influjo del claustro de la catedral de Santiago. Moda iniciada por Gil de Hontañón e introducida en el Císter por Juan de la Sierra hacia 1575.