Estos dos años no han sido fáciles para el PSOE. Aunque por primera vez consiguieron presentar listas en los 92 municipios de la provincia, lo que fue considerado como un éxito por el partido, a medida que fueron avanzando los meses muchas de esas caras nuevas fueron creando problemas. Deserciones y ceses marcan la actividad del PSOE en varios municipios, tanto en los que gobierna como en lo que estaba en la oposición.
El problema más grave lo causaron los ediles socialistas que promovieron las dos únicas mociones de censura desde el año 2007. En Calvos de Randín y en Trives los tránsfugas del PSOE quisieron darle la alcaldía al PP, pero la estrategia solo tuvo éxito en el segundo de los casos. La celebración del pleno en el que se iba a debatir la moción de Calvos fue impedida por un tumulto y hubo denuncias cruzadas entre sus promotores y los afectados.
La inestabilidad del pacto de gobierno trivés acabó derivando en la moción de censura, pero el PSOE ha sufrido conflictos con sus socios en otros municipios que no han llegado a ese punto. La convivencia, en la mayor parte de los casos, se hizo difícil en Vilariño de Conso, Lobios, Ribadavia o Manzaneda. En concello como O Carballiño o Castrelo de Miño, en cambio, ni siquiera se llegó a un acuerdo para firmar un pacto de gobierno.
Los problemas del PSOE, sin embargo, no son exclusivos de aquellos municipios que gobierna o podía gobernar. Así, el partido ha vivido más de una deserción entre los ediles que se ocupan de la oposición. El de Xinzo fue cesado por problemas con sus compañeros de grupo y el de Celanova dimitió por problemas similares. En Laza y en Lobeira los socialistas se pasaron al grupo de no adscritos por diferencias con la dirección provincial del partido, que a pesar de todo disfruta de 23 alcaldías en la provincia ourensana.