La primera edición de una exaltación gastronómica es suficiente para saber si una fiesta de este tipo tiene tirón o no. Las cifras de comensales a la mesa lo corroboran en un primer momento, que después ha de confirmarse con unas buenas críticas. Premisas que ayer su cumplieron -ampliamente- en Manzaneda, donde se celebra (continúa hoy a mediodía) la primera edición de la fiesta del cocido de cerdo celta. Una iniciativa de la Peña Lardeira, entidad que ha puesto en marcha una pequeña explotación de esta especie «e que agora queremos promocionar», explica su presidente, Juan Hervella (que curiosamente es también el juez de paz, por lo que tuvo que abandonar la fiesta por unos minutos para oficiar una boda, la primera en el cargo).
La respuesta fue tan buena que los dos restaurantes implicados en la iniciativa (O Pendón y Nevada) tuvieron que rechazar algunos comensales ante el abarrote de sus comedores. «Aínda hoxe chamou unha persoa pedindo mesa para vinte e pico, pero foi imposible metelas», explica José Álvarez, de O Pendón. Y la cosa pinta parecida para hoy, aunque en este caso todavía quedan algunos huecos para los últimos rezagados. En total, más de doscientos comensales diarios.
El precio de 22 euros permite degustar un cocido tradicional con grelos, garbanzos, patatas... en el que la carne de cerdo es en este caso de cerdo celta, «unha especie típica de aquí que estivo a punto de perderse», apunta Hervella, «o que sería unha pena porque é riquísima». Una afirmación que compartían todos los festeiros. «A verdade é que non ten nada que ver co do porco que estamos acostumados a comprar», apuntaban desde las mesas. Mesas repartidas en pandillas y familias, muchas de Manzaneda, «pero tamén moitas chegadas de fóra, porque aquí o cocido xa está incluído no menú de moitas casas particulares», explicaba Álvarez, en cuyo comedor había «moita xente que ven comer aquí frecuentemente aproveitando que van á montaña».
El éxito de ayer garantiza su continuidad en el tiempo. «A idea é facela sempre por estas datas, aínda que o día dependerá do Entroido e tendo en conta que non coincida con outras festas cercanas», dice Hervella. Si crece tanto que dar las comidas en los restaurantes resulte insuficiente, los organizadores no descartan trasladarla al pabellón, lugar donde hace años se celebraba la fiesta del cocido y que llegó a reunir «a oitocentas persoas». Lo que sí se tiene claro ya es que el próximo año los productos de cerdo celta se elaborarán en Manzaneda «porque aquí hai dúas chacinerías moi boas». En esta primera edición se trajo de A Fonsagrada.