Tres noches pasaron tirados a un lado de la carretera OU-531, en las inmediaciones del alto do Furriolo, los dos caballos que el domingo por la noche murieron como consecuencia de un accidente de tráfico en el que los dos ocupantes de un turismo sufrieron lesiones de gravedad. Los animales fueron retirados ayer por la mañana, después de que el Concello de A Bola gestionase su retirada y se hiciese cargo del pago de este servicio a una empresa especializada en esta actividad.
El accidente, así las cosas, tendrá en las arcas municipales un perjuicio estimado en torno a 450 euros, de acuerdo con las tarifas que aplica la firma de transporte que se encarga de la retirada y posterior destrucción de los animales muertos, según las cifras que le fueron anticipadas a la administración local.
La gestión de este conflicto ha resultado novedosa para los responsables del gobierno municipal, de acuerdo con el primer teniente alcalde, Daniel Vázquez Nieto, a quien ha correspondido hacer frente a la situación, debido a la ausencia de la regidora local, Teresa Barge.
En un primer momento, desde el concello de A Bola dieron cuenta de la situación al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, desde donde remitieron a la Consellería de Medio Rural.
El departamento que en Ourense dirige Xosé Rodríguez, a su vez, facilitó al ayuntamiento el número de teléfono de la empresa que en Galicia se dedica a la retirada de animales muertos. Como la actividad de esta compañía se centra en cabezas de ganado, con seguro por parte de los propietarios, aceptó el trabajo únicamente con la garantía de que la administración local se haría cargo del pago. Confirmado este extremo el martes, ayer por la mañana retiraron los restos de los dos caballos muertos, cuya presencia empezaba a resultar molesta para los usuarios de esta carretera.