Adiós a Fátima y a su lucha

C. Paradela O CARBALLIÑO

OURENSE

En directo | Funeral multitudinario en Maside No pudo ser. La enfermedad se salió con la suya y acabó con la vida de una joven que llevaba ocho años enfrentándose a ella con entereza y alegría ante la fatalidad

28 oct 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

?átima García ya descansa en paz, para tristeza y dolor de los suyos. Su entierro multitudinario como pocos que se recuerdan en Maside ayer por la tarde demostró, no sólo el cariño de los que la querían, casi en la misma cantidad de los que la conocían, sino el respeto por alguien, que siendo tan joven plantó cara a la adversidad y la enfermedad maldita y luchó por la vida. Un día gris y lluvioso se sumó a la tristeza y el silencio de más de medio centenar de jóvenes de su edad: sólo tenía 20 años, que cumplió ya en Houston, en plena batalla. Todos llevando ramos y flores que no pudieron dar color a una tarde oscura, marcada por el llanto respetuoso y callado, muy callado, de los que ya no volverán a estar con ella y sólo roto por los lamentos inconsolables de una madre. Una madre cómplice, amiga, compañera, enfermera y soporte fundamental de Fátima durante más de siete meses como una prolongación «da miña nena». Tras ellos completaban la comitiva tres furgones fúnebres con más de una veintena de coronas y más atrás, a pocos pasos de Fátima, como una sola sombra, una familia rota por una noticia que no por desgraciadamente sabida llegó sin ser esperada por ninguno. El cáncer venció a una joven, especial y de otra pasta, que lo combatió desde los 12 años, con ganas de vivir, con entereza, cuando se le diagnosticó un extraño tumor cancerígeno para el que no había tratamiento médico, al menos en España. La suerte se alió entonces con Fátima y le puso en su camino a un médico, su pediatra, que ayudó a empujar, aunque fuese a trompicones, hacia adelante junto a una asociación que movilizó cielo y tierra para lograr su curación. Lo consiguieron durante ocho años y no deben olvidarlo. El tumor volvió y puso de nuevo a prueba a Fátima y ella aceptó el reto desde el mes de mayo, igual que la comarca, la provincia y más allá. Hasta el Deportivo de A Coruña, su Dépor del alma, estuvo con ella. En O Carballiño, en el día del adiós en plena competición liguera guardando un minuto de silencio por ella e incluso ayer con un ramo de flores. La iglesia de Santo Tomé de Maside se quedó pequeña. Para los familiares, los amigos, los conocidos y las flores. Nadie se movió, sin embargo, hasta darle el último adiós a la joven más popular y querida del municipio. En el interior de la iglesia sus amigas la despedieron con una sentida poesía de recuerdo y de homenaje antes de concluir la celebración eucarística. El silencio y el respeto siguieron con ella hasta el final. Ahora el Dépor tiene un aliado en las alturas.