Líos de familia

Ruth Nóvoa de Manuel
Ruth Nóvoa OURENSE

OURENSE

Crónica | Una huelga enfrenta a la CIG con un alcalde del BNG La protesta de los empleados de la Mancomunidade da Limia, que deja sin recogida de basura a 40.000 vecinos, desvela falta de entendimiento entre los nacionalistas

20 ago 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

?asa hasta en las mejores familias. Las disputas entre parientes forman parte de la rutina. Y el BNG, por mucho que ahora disfrute de las mieles del poder, no podía ser menos. La huelga que desde el pasado día 12 tiene a 40.000 vecinos de la comarca de A Limia (según datos de la CIG) con la basura a las puertas de casa ha desvelado algunas diferencias en la familia nacionalista ourensana. Los responsables de la mancomunidad (siete alcaldes del PP, uno del PSOE y otro del BNG) y los del sindicato mayoritario entre los trabajadores, la CIG, llevan una semana a la gresca a cuenta de la protesta. Además de por las reivindicaciones salariales y laborales que hacen los empleados de la entidad, el ambiente se ha caldeado por la intervención del presidente de la mancomunidad, el popular Juan José Puga, y del alcalde de uno de los concellos que la integran, el nacionalista Xosé Xaquín Rodríguez. Los sindicalistas denuncian que los regidores de Os Blancos y Rairiz de Veiga son los responsables de varios intentos de boicot a la protesta así como de amenazas a los huelguistas. Críticas Lo que les molesta especialmente no es la actitud del representante del Partido Popular sino la del dirigente del BNG, que comparte con el sindicato raíces e ideología nacionalista. Anxo García, de la CIG, define el comportamiento de Puga y Rodríguez como una «exhibición de músculo pura e dura». Cruzada personal Pero añade que es un escándalo que sea un alcalde nacionalista el que sostenga la política del presidente de la mancomunidad. «Non ten sentido e estamos seguros de que se trata dalgo persoal, que contradice incluso os preceptos do propio partido», añade García. Y es que desde el sindicato consideran que Xosé Xaquín Rodríguez está rompiendo, con su actuación, con las directrices del BNG «pola súa conta e risco». El conflicto no es sólo ideológico. Han bajado a la arena. El pasado miércoles piquetes de la CIG intentaban impedir al regidor nacionalista que sacara los camiones del servicio de recogida de basura de la nave en la que se encontraban. La tensión fue evidente. Anxo García explicaba esta semana a La Voz que no tienen previsto pedirle explicaciones al partido sobre su representantes en A Limia a pesar de que tienen constancia de que los pactos del BNG, a todos los niveles y también al municipal, se sellan con la izquierda y no con la derecha. Pero no piensan quedarse cruzados de brazos: «Queremos explicacións de Xosé Xaquín Rodríguez Ambrosio». Al margen del partido A pesar de que desde el sindicato quieren despolitizar el enfrentamiento -«Temos boas e malas relacións con todos os alcaldes, sexan do partido que sexan», dice García- lo cierto es que en A Limia se ha abierto una brecha. Aunque aseguran que no le miran el carné a nadie lo cierto es que la intervención en la huelga de los alcaldes les está sentando especialmente mal por el apoyo prestado por el BNG al PP en la gestión de la mancomunidad. Sobre si han transmitido su malestar a la dirección provincial del BNG, el sindicato nacionalista asegura que ni lo ha hecho ni lo hará porque la actuación del regidor de Rairiz es absolutamente personal. La única gestión supramunicipal que han realizado, para que medie en el conflicto, ha sido ante José Luis Baltar. Y es que a pesar de todo, él sigue siendo el presidente de la Diputación. Y eso en Ourense, es mucho. Los trabajadores se quejan de la falta de atención por parte del máximo responsable del PP en la provincia. Pero es que, si no te echa una mano tu primo el del pueblo, ¿cómo te la va a echar el vecino de enfrente?