En directo | La cara exótica de las Xornadas de Folclore Los treinta integrantes de la agrupación The Sama Ballet, procedentes de Sri Lanka, aprovecharon el día para visitar los lugares más emblemáticos de la ciudad
09 ago 2005 . Actualizado a las 07:00 h.?unque están en Taboadela residiendo mientras duren las Xornadas de Folclore, su integración en las costumbres españolas es casi plena. Hasta el punto de que tras la comida, en las instalaciones de la residencia de la Laboral, todos se tumban un rato, adaptándose a la típica siesta. Las agrupaciones de Sri Lanka y de Kenya comparten hostal y momentos de ocio. Aunque están un tanto alejados del resto, los 380 participantes en esta nueva edición de las jornadas se reúnen en el momento de la comida y la sobremesa para poder intercambiar sensaciones. Ajith Amarasiri es el director del grupo The Sama Ballet, proveniente de Sri Lanka. La palabra Sama, en cualquiera de los dos idiomas oficiales del país significa paz, que en palabras de Amarasiri, «es nuestro objetivo, tratamos de promoverla a donde quiera que vayamos». Unos turistas más Por la mañana, los treinta integrantes del grupo recorrieron las calles de Ourense visitando los monumentos más destacados y los reclamos turísticos de la capital. Se quedaron sorprendidos de As Burgas, llegando incluso a pensar que la fuente tenía un motor que calentaba el agua antes de que saliera. La adaptación es buena porque The Sama Ballet posee la experiencia que les otorgan sus veinte años de actuaciones en numerosos países europeos y asiáticos. Música tribal Ayer actuaban, junto con los grupos de Rumanía, Daguestán y Kenya, en el Auditorio de Monforte de Lemos, en el que ofrecieron los tres tipos de danza más peculiares de su país. Cada uno de ellos representa una parte del mismo. El primero hace referencia a la música de las montañas, otro al sur del país, y el tercero, a una provincia de Sri Lanka. En sus representaciones muestran los tres estilos de danza más antiguos, en los que mezclan bailes típicos con sonidos tribales y característicos de instrumentos que jamás se habían escuchado antes por aquí, como el sabaragamuba, que produce un sonido similar al de varios tambores tocados al mismo son y con gran intensidad. Las huellas de la tragedia Al preguntarles por las consecuencias del tsunami se les cambia el semblante. A pesar de proceder de la capital, muchos de ellos perdieron a familiares o amigos en el desastre. Algunos, incluso fueron a ayudar y todos coinciden en que tras la calamidad, no hay ni música, ni danza, ni la menor alegría. Todo es tristeza y desolación en el país. Sólo esperan que no se repita.