Las citas festivas de Caldelas y Arnoia así como la Ramallosa de Celanova alegran el estío ourensano La villa caldelá recordará los años 60 durante la noche del próximo sábado
30 jul 2002 . Actualizado a las 07:00 h.Castro Caldelas vivirá un fin de semana en el que se combinará todo el sabor de los años 60 y el de su postre más afamado: la bica. El sábado por la noche, se celebra la «Flower Power» o fiesta inspirada en el mundo de la denominada Década Prodigiosa. Consistirá en que los jóvenes y quienes quieran sumarse vestirán a la moda de aquellos años, con todo tipo de trajes y se dedicarán a ir a las cafeterías y locales de copas que tendrán la música de la época. Esta cita es una de las acciones del colectivo juvenil O Irrio, que pretende llenar de color el verano caldelao y que lo consigue a juzgar por la respuesta del pasado año a sus propuestas lúdicas. Ya el domingo la villa exaltará la bica. El escenario será la Praza do Prado en la que al mediodía se hará realidad el lema «Unha bica, un bico», es decir, que para degustar la bica hay que regalar un beso en la mejilla a quien la ofrece. Habrá personas de diferentes edades para besar. Los bares también darán a degustar este producto. A las dos y cuarto de la tarde comenzará el almuerzo festivo bajo una carpa al precio de diez euros. El menú consistirá en empanada de carne, carne ó caldeiro, bica de la zona, licores y vino de la Ribeira Sacra. La venta de entradas se hace en el Concello y a pie de carpa. En el municipio caldelao hay cuatro fábricas de bicas. Cada panadero confeccionará bicas de una docena de huevos para cuarenta personas y se harán también las de tamaño convencional. Los fabricantes encaran el final de la semana con su agenda llena de trabajo pues a partir del viernes se pondrán a hacer este postre para ofrecerlo fresco el domingo por la mañana, tan sólo escasas horas después de su fabricación. El postre típico de la villa, saliendo de cuatro panaderías, tiene sabor distinto. Los ingredientes o materia prima son para todos los mismos, de alta calidad pero el toque personal hace que según sea la procedencia del postre, una bica tenga más sabor a limón y otra lo tenga más a manteca. En ambos casos el producto invita a chuparse los dedos, algo de lo que saben bien los turistas.