En la fachada del Ayuntamiento de A Coruña, edificio de principios del siglo XX, puede leerse una leyenda, escrita con mayúsculas, que comienza así: «CASAS CONSISTORIALES DE LA MVY NOBLE Y MVY LEAL CIUDAD DE LA CORUÑA...». Se ven ahí dos rasgos del latín clásico: el empleo de la uve para representar el fonema /u/ y la escritura solo con mayúsculas. En ambos coincide con otros textos modernos de tono solemne. Valga como muestra la placa colocada en su día en homenaje al jurista ourensano Manuel Martínez Sueiro (1873-1920) por «EL ILVSTRE COLEGIO DE ABOGADOS Y SVS COMPAÑEROS DE MAGISTRATVRA» en la Audiencia de Salamanca: «A LA MEMORIA DEL BVEN JVEZ D. MANUEL MARTINEZ SVEIRO, VARÓN DE AVSTERAS COSTVMBRES, MODELO DE RECTITVD EN LA ADMISTRACIÓN DE JVSTICIA, VICTIMA DEL TRABAJO EN CVMPLIMIENTO DEL DEBER».
Con el tiempo, la V que en el latín representaba el sonido de la u se redondeó para la función vocálica en la escritura manual. Dice Covarrubias en su Tesoro de la lengua castellana o española (1611): «Esta letra V, aunque es vocal muchas veces se convierte en consonante...». Le siguen las entradas sobre Vbeda (Úbeda), Vbre (ubre) y Vcles (Uclés). En 1739, el Diccionario de autoridades ya distingue claramente la u de la uve y les dedica sendos artículos. De la primera dice que es la quinta de las vocales, y de la segunda, que es consonante, «y para distinguirla de la vocal se debe escribir siempre en figura de corazón, o formando un ángulo [...]. Su pronunciación es casi como la de la B, aunque más blanda».
La Ortografía reconoce hoy dos representaciones del fonema /u/, la letra u y la w, esta solo en algunas palabras. Pero encontramos usos de V por U, unas veces para aparentar formas antiguas y otras para solemnizar textos, como los mencionados al principio. Y su lectura, o la huella que nos ha dejado el latín, lleva a algunos a identificar inconscientemente una letra con la otra. Puede ser el caso, por ejemplo, de quienes escriben Emvsa por EMVSA, sigla de la Empresa Municipal Vivienda, Servicios y Actividades S.A., de A Coruña. Si se toma la V por una U, la sigla pasa a ser un acrónimo y se lee por sílabas, [emúsa], y como es un nombre propio y tiene más de cuatro letras puede escribirse solo con mayúscula inicial: Emvsa. Sin embargo, la V (de Vivienda) no es una U, por lo que aquella es una sigla que debe escribirse con mayúsculas, EMVSA, y en lo hablado ha de deletrearse: [é-éme-úve-ése-á].