La morada del náufrago

Xose Carlos Caneiro
xosé Carlos Caneiro EL EQUILIBRISTA

OPINIÓN

Kiko Huesca | EFE

30 sep 2024 . Actualizado a las 08:40 h.

Sobre los náufragos se ha escrito mucho. Y tienen su propia intrahistoria. Hubo náufragos seductores como Robinson Crusoe. Y con sus avatares se escribió una de esas novelas atractivas de la historia de la literatura. Robinson Crusoe, de Daniel Defoe nos ha llenado de gozo a lo largo de los años. Aunque yo soy más de La isla del tesoro, del amado Stevenson, aunque no vaya de náufragos ni de naufragios, sino de amistades y traiciones. El ser humano, en suma.

A lo largo de los años he recopilado varias ediciones de la novela de Stevenson. Y la sigo leyendo cuando me pongo triste, que es muchas veces. La novela de Crusoe, curiosamente, quizá esté inspirada en Pedro Serrano (no Sánchez), que pasó veintiocho años en una isla desierta. Su historia la dio a conocer él mismo en América y Europa. Vivió de su propio naufragio. Dando una charla aquí y otra allá, conferenciando y recordando los tiempos funestos de su infortunio que, con el paso de los años, se convirtió en su propia fortuna. Quizá nuestro presidente Sánchez, en lugar de los libros que le escriben, debía escribir uno desde sí mismo contando todas las verdades. Su ascenso meteórico a la cima de la política. Su admirable resistencia ante el aparato de su partido. Su moción de censura, en el 2018, cuando le decía a Mariano Rajoy que sin presupuestos no se puede gobernar. Sus victorias electorales en el 2019 (sus únicas victorias electorales de ámbito general) y todas las demás derrotas. Y, a pesar de todo ello, siguió y sigue en pie. Es un náufrago. Pero puede durar, como el de Defoe, veintiocho años aguantando en su isla.

Que nadie infravalore a Sánchez. Aunque yo lo haya hecho desde hace aproximadamente diez años. Siempre me ha vencido la realidad. El que no iba a ser presidente ni de su comunidad de vecinos (algo similar debí escribir hace dos lustros) lleva más de seis años como primer ministro. Pierde elecciones, pero nadie lo apea del poder. Ahora parece estar más solo que nunca. Y en su soledad se va deshilachando España. Hay una España progresista y otra que no lo es. O sea, que hay una España espléndida (la que representa el Gobierno central y sus socios) y una España que solo quiere pasearse por el blanco y negro de la historia. Ese es el mensaje. Y el treinta por ciento de los españoles lo acepta. Y votará de nuevo a Sánchez cuando él decida salir de su isla desierta. Además, qué problema puede tener. Ninguno. Tezanos, un sociólogo imparcial y acertado reiteradamente, ha dicho que el PSOE le saca más de cuatro puntos al PP. No hay problema. Se convocarán elecciones porque no queda otro remedio y Sánchez seguirá gobernando. O no. En todo caso, siempre tendrá la oportunidad de contar su naufragio en Europa, América, y en todo el mundo civilizado. Como el náufrago de Defoe vivirá opíparamente. Hay gente que pierde… y gente que no pierde jamás. Sánchez es uno de ellos.