El futuro y la Galicia de Rueda

Xose Carlos Caneiro
xosé carlos caneiro EL EQUILIBRISTA

OPINIÓN

LAURA LEIRAS

17 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Un paso valiente y necesario para el reencuentro, dijo Pedro Sánchez sobre la Ley de Amnistía. El reencuentro del que hablaba comenzó hace una semana, cuando se elegía la mesa del Parlamento de Cataluña. En realidad todo parecía una fotografía del pasado: lazos amarillos en los asientos vacíos, un discurso presidencial de índole separatista y un pacto entre los perdedores de las elecciones (Junts, Esquerra y CUP). Los que no ganaron son los que gobiernan la mesa catalana, algo que al Partido Socialista le resultará comprensible. El rostro de Salvador Illa no semejaba muy feliz. El de su candidata a la presidencia parlamentaria, Silvia Paneque, tampoco. Al día siguiente de la constitución de la mesa, el BOE publicó la ley que representa, según el presidente, un paso «valiente y necesario» para el reencuentro. Algunos nunca lo hemos visto así. Tampoco lo ven muchos ilustres socialistas, entre ellos García-Page. Yo intuyo que el castellano manchego está vislumbrando una puerta entreabierta para aspiraciones políticas de mayor enjundia en su partido. Argumentos le sobran. Desde la pérdida de votos que supone esa ley en el ámbito estatal hasta los malos resultados del Partido Socialista desde que Sánchez es su secretario general. Comenzó en el año 2014. Su primera etapa alcanzó hasta el 2016. Regresó en el año 2017. Y hasta hoy. En todo ese período de tiempo, casi diez años, el PSOE solo ha ganado, en ámbito estatal (municipales, generales, europeas), las elecciones celebradas en el 2019. El resto de comicios en todo el territorio español los ha perdido. Todos. Sin embargo, ya lleva seis años presidiendo el país. Con toda legitimidad, por supuesto. La misma que tiene el PP en los lugares donde gobierna.

Pocos creían en Sánchez hace diez años. Él, sí. Incluso en sus frases célebres, vislumbramos alguna que así lo certifica. Después de conseguir en las elecciones del 2015 el peor resultado de la historia del PSOE, se dirigió a los suyos con ímpetu: «Hemos hecho historia y el futuro es nuestro». Su partido había perdido un millón y medio de votos, siete puntos porcentuales y veinte escaños respecto a las elecciones del 2011. No importaba. El futuro era suyo. Y lo fue. Pero ¿hasta dónde llega el futuro? En Galicia, las elecciones europeas supusieron una nueva rotunda victoria del PP de Rueda. Ganó en votos a la suma de BNG (y su coalición con Bildu y Esquerra) y PSOE. Humildemente, el presidente de Galicia no habló de un futuro lejano, sino de trabajo inmediato. Se remangó la camisa y propuso proyectos factibles y posibles en espacio breve de tiempo. En Rueda, hace muchos años, tampoco eran muchos los que creían. Paso a paso, y sin descanso, está construyendo un futuro mejor para los gallegos. Él no precisa «pasos valientes y necesarios» para el reencuentro: se reencuentra con la gente, simplemente, ejerciendo como presidente. Sin depender de siete votos. Sánchez no puede hacerlo.