Israel y el todo o nada

Mariluz Ferreiro A MI BOLA

OPINIÓN

DPA vía Europa Press | EUROPAPRESS

12 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Los polos opuestos, cuando son de carne y hueso, no suelen atraerse, salvo en las comedias románticas y en contados casos reales. Más bien se repelen a pesar de que, en el fondo, acostumbran a parecerse. En su furia, exterminan los matices. Todo o nada. O conmigo o contra mí. Y el mundo tiene muchos años, incontables grises e infinitas tonalidades. Se puede decir que Hamás es un grupo terrorista que perpetró crímenes brutales el 7 de octubre sin que eso implique desear el exterminio del pueblo palestino. Se puede condenar la masacre indiscriminada llevada a cabo en Gaza por el Gobierno de Israel y sus políticas represivas consolidadas en el tiempo sin ser antisemita. Se puede abominar el brutal régimen iraní sin ser un esbirro de la política exterior estadounidense. Se puede cargar contra la inoperancia de la Unión Europea en gran parte de las cuestiones de la geopolítica mundial sin ser antieuropeísta. Se puede recordar a Estados Unidos cómo ha contribuido a crear monstruos sin buscar la destrucción de ese país. Y se puede criticar la contradicción de que Eurovisión fulminara a Rusia y no tocara a Israel sin ser un aliado de Putin o un colaborador de Hezbolá. Lo que no se puede es caer en la trampa de que ciertas causas son contradictorias por naturaleza. Porque supone repartir cheques en blanco. Ni se puede dejar de seguir siempre el rastro del dinero, en forma de fondos, petróleo, gas, grandes fortunas... Porque en esa maraña de intereses en la que reposamos los afortunados del mundo todo es negociable, nada es diáfano ni monocolor y las vestiduras suelen rasgarse para ponerse otras mejores.