¿Pescarán salmones, otra vez, los osos en Galicia?

Juan Ramón Vidal Romaní CATEDRÁTICO EMÉRITO DE GEOLOGÍA DE LA UDC. ACADÉMICO NUMERARIO DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA DE CIENCIAS

OPINIÓN

María Pedreda

08 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El Parlamento Europeo aprobó en julio pasado un proyecto de ley de restauración de la naturaleza para que 20.000 kilómetros de ríos europeos fluyan libremente. Si todo va bien, Galicia será la mas beneficiada de España, con 1.500 kilómetros liberados. Hace casi un siglo, Franco cedió los ríos a las hidroeléctricas (solo una mínima parte del caudal surte las necesidades urbanas, agrícolas y ganaderas). Deberíamos recordarlo cuando en verano sufrimos cuando se vacían los embalses, que son preparados así para el invierno. Todos saben, los hidroeléctricos primero, que en Galicia llueve, y más pronto o más tarde volverá a correr el agua, llenando a rebosar los embalses propios (urbanos) y extraños (hidroeléctricas). Así que eliminar el agua, transformándola en dinero, no compromete la que necesitan ciudades y campo (al menos, si todo estuviera bien gestionado por los municipios, que a veces pierden por fugas hasta el 44 %). Ahora, en Europa, los que nos urgieron a cambiar gasolina y gasoil por electricidad han decidido suprimir obstáculos fluviales. En el 2022 eliminaron más de 300 represas, alcantarillas y otras estructuras en ríos, y para el 2030 habrán restaurado los cauces de los ríos a como estaban antes, aunque habrá que cuidar que los valles fluviales no sean invadidos por la vegetación no autóctona o el monte bajo. Por fin podremos ver las antiguas cicatrices de la rotura de Pangea animadas durante el invierno, o en épocas lluviosas, por cascadas como las del Xallas, pues la construcción de los embalses ocultó hace un siglo las que había en todos los ríos: Sil-Miño, Lérez, Ulla, Tambre, Masma, Oro, Eo, Anllóns. Y los salmones, lampreas, reos, angulas y truchas volverán a sus dominios. Todos los ríos gallegos fueron en el pasado vías legendarias de salmón, con miles de peces viajando cada año por sus cauces libres. Investigadoras del Instituto Universitario de Geología de A Coruña encontraron que, hace quince milenios, los osos que habitaban las cuevas gallegas eran consumidores de salmón. Y en el siglo XVII los monjes del monasterio de San Esteban, situado en la ribera ourensana del Sil, pedían protección divina contra los úrsidos de la zona, que bajaban al río a comerse sus salmones. Y hasta mediados del siglo XX, los salmones siguieron remontando el Sil, ya bien dentro de la provincia de León. Pero para ver otra vez esto, ¿habrá que aguantar las repoblaciones de molinos eólicos y perder Ribeira Sacra?