El cerebro y la carne

Manuel Luis Casalderrey
Manuel-Luis Casalderrey RINCÓN ABIERTO

OPINIÓN

Cambridge University

01 ago 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Muy Interesante de este mes tiene un buen reportaje sobre el cerebro («Cómo funciona la mente»). Para poner de manifiesto la gran complejidad del cerebro se dan algunas cifras: en una masa de apenas 1,5 kilos hay unos 86.000 millones de neuronas que se comunican a través de 10 billones de sinapsis (permiten las conexiones entre neuronas). Con estas cifras no es de extrañar que el cerebro consuma el 20 % de toda la energía del cuerpo, a pesar de que el cerebro representa solo el 2 % de su masa.

Uno de nuestros antepasados, el Ardipithecus, tenía un cráneo de aproximadamente 350 centímetros cúbicos, y el del homo sapiens, nuestra especie, tiene entre 1.300 y 1.800. Hay una serie de factores que han influido en ese increíble crecimiento del cerebro. En primer lugar, el bipedismo: la habilidad de caminar sobre dos piernas liberó las manos para realizar tareas más complejas y precisas, para lo cual se necesitaba más cerebro.

El descubrimiento del fuego tuvo un importante protagonismo en el desarrollo de nuestro cerebro. La inclusión de alimentos ricos en calorías y nutrientes, como la carne, y la cocción de alimentos permitieron que nuestros antepasados tuviesen acceso a más energía. En estos tiempos, en los que se cuestiona el consumo de carne y se intenta sustituirla por carne artificial, debería de quedar claro que el consumo de carne contribuyó decisivamente al desarrollo de nuestro cerebro y hoy sirve para mantenerlo vivo.