Peter Thiel, el apóstol de las criptomonedas que ha sembrado el pánico en la banca mundial

Mariluz Ferreiro A MI BOLA

OPINIÓN

MABEL RODRÍGUEZ

Fundó PayPal con Elon Musk, es un alemán misógino y gran donante de Trump. Su sueño es enterrar la banca tradicional, y sus movimientos se han llevado por delante el Silicon Valley, epicentro de la actual crisis bursátil

26 mar 2023 . Actualizado a las 10:23 h.

Se define como un libertario. Cree que la política consiste en interferir en la vida de otros sin su consentimiento. Soñó con crear un archipiélago artificial al margen de las leyes de cualquier Gobierno. Ese es Peter Thiel. Un señor que subraya, para mal, que desde que votan las mujeres se han ido impulsando más derechos. Un tipo nacido en Alemania que cree que las universidades americanas se han deteriorado con tanta multiculturalidad. Un individuo que ha apoyado a trumpistas furibundos con millones y millones, lanzando a candidatos defensores de una agenda ultra que bendicen las pistolas y demonizan las píldoras anticonceptivas. Un hombre que fundó PayPal junto a Elon Musk cuando el magnate de Tesla tenía una calva incipiente de geek (la calvicie se manifestó, pero acabó batiéndose en retirada). Un emprendedor que levantó Palantir, esa empresa que vende software a agencias gubernamentales para que puedan cazar a los malos. Thiel es así. Individualismo feroz por encima de cualquier incoherencia. Defiende la libertad y el desarrollo a toda costa. Pero siempre que él disfrute de la mayor porción. Su progreso es vital. Los avances del vecino son accesorios. Ese es el credo del rey más oscuro de las tecnológicas, de un antisistema millonario que ha sabido moverse en las sombras de la soleada California. Apóstol de las criptomonedas, le encantaría enterrar a la banca tradicional. Y ha sido el principal impulsor del pánico que se ha llevado por delante el Silicon Valley Bank, el epicentro de este nuevo temblor. Cuanto peor, mejor. Para él sería un sueño que todos viviéramos en aguas internacionales sin más reglas que el obligado abordaje. No le importan las contradicciones. Solo el dinero. Nada personal.