La economía crece pero también emerge

Enrique Sáez Ponte ECONOMISTA. AUTOR DEL LIBRO «ENERGÍA OSCURA DEL DINERO 2.1»

OPINIÓN

Vega Alonso | EFE

02 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras conocerse los últimos datos del INE, los medios se han llenado de titulares celebrando el crecimiento de la economía en el 2022 (5,5 %). En mi opinión, la forma más adecuada para explicar lo que pasa no es solo que la economía crezca, sino que, además, parte de ella está emergiendo. Los analistas miden lo que ocurre con la información disponible, pero una parte se les escapa, la que se esconde para ahorrarse impuestos y cuotas de la Seguridad Social. Es difícil precisar su dimensión, diversas estimaciones sitúan el peso de nuestra economía informal entre un 18 % y un 28 % del PIB.

Los economistas consideran implícitamente que esa parte oculta es estable y que, por tanto, sus cálculos reflejan bien las dinámicas, pero la pandemia de covid ha introducido nuevas reglas. El confinamiento de la población y el miedo al contagio aceleraron la tendencia al uso de medios de pago modernos, que es dinero visible para Hacienda. La gente pasó a utilizar más las tarjetas y los móviles, y muchos establecimientos solicitaban el pago digital, ofreciendo incluso rebajas para incentivarlo. El cambio ha llegado para quedarse.

A menos billetes, menos economía oculta. Aunque solo una décima parte de ella haya aflorado, los datos reflejarían un aumento adicional del PIB del orden del 2 %. De ahí la sorpresa de los especialistas cuando descubren que este crece más de lo previsto. Sus fuentes se han vuelto inexactas y el crecimiento real es menor del que miden. Lo que ocurre es que parte de la actividad escondida, sin decir de dónde viene, empieza a entrar en los datos y los hace aumentar. No le queda más remedio que, al llegarle menos efectivo, asomar la cabeza y respirar.

Es difícil cuantificar este efecto, aunque hay algunas pistas. Por ejemplo, la evolución del mercado de trabajo, que se valora en base a dos referencias: los afiliados a la Seguridad Social y la Encuesta de Población Activa. Esta última siempre ofrece una cifra mayor al recoger algo del empleo informal. La diferencia entre ambas pasó de 550.849 puestos de trabajo en diciembre del 2019 a 365.413 en el 2022, lo que parecería indicar que 185.436 empleos han pasado de ocultos a visibles. No es un dato exacto, pero sugiere la entrada en el juego legal de parte de la actividad informal.

Es una gran noticia que se reduzca el tamaño de la economía sumergida. El país mejora su eficacia, contrae el déficit fiscal y crea empleo de más calidad. La mayoría de los jóvenes, armados con sus móviles, han dejado de usar dinero efectivo y, sin ser conscientes de ello, colaboran a que sus abuelos puedan seguir cobrando sus pensiones y a que estas se actualicen.

Lo que estamos viendo debería ser un incentivo para que la Unión Europea promueva la desaparición programada del papel moneda, como ya hacen dos de sus socios, Dinamarca y Suecia. Un proceso que también reduciría radicalmente la tasa de criminalidad y haría más seguras nuestras vidas. Habrá que esperar, los billetes aún tienen poderosos amigos.