La realidad es que Alemania ha cedido y enviará catorce de sus potentes tanques Leopard 2 a una Ucrania que los necesita con urgencia para poder frenar el avance de las tropas de Putin. El presidente Zelenski recibirá también nuevas ayudas de EE.UU., que incluyen 90 vehículos blindados de infantería Stryker y nuevas unidades de blindados Bradley, a los que ahora se añadirán los deseados tanques Abrams I (31, de momento). ¿Qué quiere decir esto? Que todos desean ayudar a Ucrania en la guerra, pero sin abrir un conflicto mayor con Rusia.
La resistencia alemana a enviar los Leopard fue muy criticada por otras naciones. Así, el ministro polaco de Asuntos Exteriores, Zbigniew Rau, ya había manifestado que «armar a Ucrania para repeler la invasión rusa no es un ejercicio de toma de decisiones, porque la sangre ucraniana se derrama de verdad. Este es el precio de la indecisión sobre las entregas de los Leopard. ¡Necesitamos acción ahora mismo!». (Polonia ha sido el país aliado que más ha presionado a Berlín, sugiriendo que enviaría sus propios Leopard, de los que, en teoría, no podría disponer en el conflicto sin el permiso de Berlín). El Gobierno alemán vivió jornadas de grandes dudas, porque entendía que había «buenas razones para suministrar tanques y también para no suministrarlos». Alemania temía y teme que la entrada de los Leopard pueda provocar que Putin se sienta atacado por la OTAN y que use esto como una excusa para escalar la contienda.
No obstante, hay que reconocer que Alemania ya era líder en el apoyo a Ucrania en muchas áreas, pero estaba claro que prefería una contención del conflicto a una expansión sin control. Sin embargo, nueve países de la OTAN ya habían movido sus fichas: el Reino Unido, Estonia, Polonia, Letonia, Lituania, Dinamarca, República Checa, los Países Bajos y Eslovaquia se habían comprometido a hacer envíos de armas «sin precedentes», es decir, carros de combate, artillería pesada, defensa aérea, munición y vehículos de infantería. Lo que explica, también, que al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, le haya faltado tiempo para sumarse en seguida con una oferta propia de tanques, a pesar a la oposición de Podemos. Todo lo cual quiere decir que la guerra continuará en unas condiciones más favorables para Ucrania. Pero todavía no es posible predecir el futuro.