Cóctel Werther

Luis Ferrer i Balsebre
Luis Ferrer i Balsebre EL TONEL DE DIÓGENES

OPINIÓN

22 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

En 1774, Wolfgang Goethe publicó Las penas del joven Werther, una novela en la que el protagonista termina quitándose la vida de un tiro con la pistola que le regaló el marido de su amada. Poco después de su publicación, una oleada de suicidios de jóvenes imitadores de Werther sacudió Europa. El 7 de agosto de 1962 el mundo despertaba con la noticia del suicido de Marilyn Monroe. En los meses siguientes, 303 jóvenes se quitaron la vida. Kurt Cobain se suicidó de un disparo en la cabeza con una escopeta Remington calibre 20 en abril de 1994. La nota que dejó escrita se convirtió en un emblema para los adolescentes atormentados del planeta; solo pasaron dos días antes de que se suicidara el primer fan. El sociólogo David Phillips acuñó en 1974 el término «efecto Werther» al comprobar que tras publicarse en la portada del New York Times la noticia del suicidio de un famoso, se incrementaba el número de suicidios en todo el país. La explicación más aceptada de estos hechos es que se producen por un mecanismo de imitación.

Desde que se dio a conocer en los medios de comunicación el caso de la Manada en los Sanfermines del 2016, se han producido en España más de 211 agresiones semejantes.

El fiscal Javier Huete alertaba del posible «efecto contagio» de las denominadas «manadas», señalando que «se detecta una gran precocidad y relaciones altamente sexualizadas entre menores de muy corta edad». Muchos expertos apuntan al consumo a través de las redes de pornografía en edades tempranas como una explicación. El compañero Fernández Blanco señalaba en La Voz que, para el varón, «ningún encuentro sexual tiene garantizado el resultado, ni el éxito. Uno de los recursos masculinos frente a la cobardía es la grupalidad». Es en la adolescencia dónde se juega la conquista de una identidad y que la fase de identificación grupal es determinante. El grupo y sus líderes son quienes imponen lo que es deseable, cómo se ha de vestir, qué música escuchar, qué consumir y, en ocasiones, cómo delinquir. El adolescente hará todo lo necesario con tal de no ser marginado. Muchas pandillas latinas obligan a tatuarse y cometer robos o agresiones como rituales de aceptación. Otro factor determinante para el efecto Werther es la forma de tratar la noticia por parte de los medios. El efecto se vuelve más intenso cuanto más sensacionalismo se imprime al suceso y más imágenes se publiquen. Cóctel Werther: pulsión humana, inmadurez, pornografía, dinámica grupal, redes, sensacionalismo e hiperexposición.